La pequeña lagartija protagonista de esta historia se ha acostumbrado a creer que es un monstruo. Las otras lagartijas la insultan y ridiculizan por tener los ojos rojos, y no negros, como las demás. Por eso ella se ha acostumbrado a estar sola, y triste.Una mañana, al despertarse de un agradable sueño, encuentra frente a sí a un lagartijo que no la insulta, al contrario, le dice palabras agradables y la mira sin reparos. El también tiene los ojos rojos, y está convencido de que no vale menos por ello. La pequeña lagartija protagonista de esta historia se ha acostumbrado a creer que es un monstruo. Las otras lagartijas la insultan y ridiculizan por tener los ojos rojos, y no negros, como las demás. Por eso ella se ha acostumbrado a estar sola, y triste.Una mañana, al despertarse de un agradable sueño, encuentra frente a sí a un lagartijo que no la insulta, al contrario, le dice palabras agradables y la mira sin reparos. El también tiene los ojos rojos, y está convencido de que no vale menos por ello.

Sí, soy una lagartija

Está amaneciendo, la noche se ha ido y el día vuelve despacito. Llega alegremente. Es claro y azul.Poco a poco el jardín despierta: los pájaros cantan y el aire mueve suavemente las hojas de todos los árboles. Las flores separan los pétalos y alzan la cabeza…Por entre la hierba marchan de puntillas saltamontes, orugas, hormigas….Las mariposas agitan las alas y se desperezan.Al lado de un banco se alza un castillo hecho con arena. Tiene cuatro torres con cuatro banderas, un foso y un puente…