¡Menudo problema tiene la pobre Olivia! Ha de escribir la carta a los Reyes y sólo puede pedirles cuatro regalos! Duda, tacha, cambia de idea… Menos mal que el abuelo le ayuda a descubrir que lo importante es no perder nunca las ganas de divertirse.
Elvira Lindo nos demuestra con este sencillo cuento que cuando llega el momento de escribir la carta a los Reyes tenemos una magnífica oportunidad de enseñar al niño a ser moderado en sus peticiones y a valorar la imaginación y la creatividad por encima de los juguetes mecánicos. Y lo hace y empleando un recurso siempre efectivo: acudir al relato de nuestra propia experiencia vital. El ejemplo educa más que la palabra. Las ilustraciones de Urberuaga, llenas de humor, realismo y color, enriquecen la fuerza narrativa del relato.

¡Menudo problema tiene la pobre Olivia! Ha de escribir la carta a los Reyes y sólo puede pedirles cuatro regalos! Duda, tacha, cambia de idea… Menos mal que el abuelo le ayuda a descubrir que lo importante es no perder nunca las ganas de divertirse.
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