Una selección de historias provenientes de la tradición oral europea que encuentran eco en la geografía americana y narran las aventuras de pícaros poco honrados, bromistas, ambiciosos e inocentes, que se aprovechan de quienes los rodean gracias a su sabiduría popular.
Algunas veces se trata de muchachos jóvenes como Pedro Urdemalas, Pedro Malasartes o Juan Bobo; otras, de animales con características humanas, como el coyote, el coatí, el cuervo, el conejo o el zorro.
El lenguaje sencillo invita a la lectura, y las ilustraciones que caracterizan a los personajes la enriquecen con nuevos significados.
Las notas a pie de página aportan conocimiento sobre plantas y animales americanos.
Un desafío a la reflexión sobre los valores, las estrategias para sobrevivir, el humor y la picardía.
Una selección de historias provenientes de la tradición oral europea que encuentran eco en la geografía americana y narran las aventuras de pícaros poco honrados, bromistas, ambiciosos e inocentes, que se aprovechan de quienes los rodean gracias a su sabiduría popular.
Algunas veces se trata de muchachos jóvenes como Pedro Urdemalas, Pedro Malasartes o Juan Bobo; otras, de animales con características humanas, como el coyote, el coatí, el cuervo, el conejo o el zorro.
El lenguaje sencillo invita a la... Seguir leyendo
Cuentos de Pícaros. Relatos populares de América
Un hombre que nadie había visto nunca, ni nadie volvería a ver, cruzaba un día una gran llanura. Casi en ayunas, al llegar al mediodía, sintió muchas ganas de llevar un bocado a su panza vacía. Recorrió montes y atravesó algunos pantanos, pero no encontró ningún animalito para poder saciar su hambre.
El sol ya había cruzado la mitad del cielo, cuando divisó a lo lejos un ranchito muy endeble a la orilla de un camino. Llegó hasta allí y llamó golpeando las manos.
— ¡Ave María purísima! —dijo buscando ser escuchado, pero nada.
— ¡Ave María purísima!—insistió y se quedó allí esperando.
Al ratito se escuchó la voz de una anciana que decía:
— ¡Sin pecado concebida!
Era una viejita muy arrugada, con un cabello largo y blanco, y medio sorda. La anciana se quedó mirando al recién llegado. Era joven y moreno.