Frente a la cultura de la indiferencia la autora aboga por cultivar la empatía entre los pequeños lectores, un valor especialmente necesario en este tiempo de noticias tristes y sueños varados. A través de una colección de cajas de madera, que contienen personajes labrados de forma artesanal por la propia Monique, los protagonistas, representantes de distintas etnias y culturas, componen un colorido crisol de situaciones en donde se representan actitudes vitales y sentimientos. El respeto por el otro, la ayuda mutua, la solidaridad o el humor son fórmulas universales para ayudar a los más necesitados, a los que huyeron dejando todo atrás, a las personas en riesgo de exclusión que se cruzan con cada lector en su vida cotidiana… Un pensamiento sirve como eje vertebrador para toda la historia, una reflexión que da título al relato y que resume el espíritu del collage: todos vamos a bordo de un mismo barco.

Frente a la cultura de la indiferencia la autora aboga por cultivar la empatía entre los pequeños lectores, un valor especialmente necesario en este tiempo de noticias tristes y sueños varados. A través de una colección de cajas de madera, que contienen personajes labrados de forma artesanal por la propia Monique, los protagonistas, representantes de distintas etnias y culturas, componen un colorido crisol de situaciones en donde se representan actitudes vitales y sentimientos. El respeto por el otro, la ayuda mutua, la solidaridad o el humor son... Seguir leyendo