La técnica expresionista de David B es uno de los sellos de identidad que han marcado la carrera de este autor francés, uno de los más famosos dibujantes y guionistas de la hornada de creadores que fijaron las bases de la Nouvelle Bande Dessinée, que aportó variaciones e inéditos paradigmas en el mundo del cómic a finales de la década de los 90. Ensoñaciones, miradas turbadoras a la vida cotidiana y a los conceptos tradicionales del cuaderno de viaje, género en el que gran parte de los dibujantes de cómic aborda en alguna ocasión, siniestras evocaciones teñidas de fino humor… La diferencia es que el autor de títulos emblemáticos como La ascensión del gran mal, suma un componente extra de imaginación con el que dota a sus relatos de una inverosímil, pero fascinante, noción de la realidad en la que todo es posible: animales humanizados que conviven con humanos e incluso son protagonistas de grandes episodios históricos, juegos de planos y con las escalas de los personajes... En este caso el escenario está delimitado por las regiones italianas de Emilia-Romaña, Friuli-Venecia Julia y Véneto, algunas de cuyas poblaciones (Trieste, Bolonia y Venecia); aparecen retratadas con realismo en una gama cromática reducida. Las calles, la vida cotidiana, las pequeñas anécdotas del viaje, los movimientos de los animales solitarios que transitan por las rúas y casas abandonadas... Todo forma parte de un cuidado ritual de observación y degustación del viaje, más cercano a los conceptos de los aventureros que deambulaban por Europa entre los siglos XVIII y XIX, y con evidentes toques oníricos -algo también presente en otras de sus obras-. Una nueva lección magistral de un artesano de las viñetas que garantiza originalidad en cada propuesta.
La técnica expresionista de David B es uno de los sellos de identidad que han marcado la carrera de este autor francés, uno de los más famosos dibujantes y guionistas de la hornada de creadores que fijaron las bases de la Nouvelle Bande Dessinée, que aportó variaciones e inéditos paradigmas en el mundo del cómic a finales de la década de los 90. Ensoñaciones, miradas turbadoras a la vida cotidiana y a los... Seguir leyendo
Diario de Italia
7 de enero de 2005
En Trieste, en la plaza que da a la calle Díaz, se encuentra la Casa de los Gatos.
Entran desde fuera por un agujero en la puerta.
Al otro lado hay un tablón que les sirve de pasarela.
Imagino que lo habrán puesto ellos mismos.
Después suben por la escalera hasta el piso superior.