Entre los recuerdos, imágenes y retazos de vida pasada, el narrador comparte un instante mágico. Cuatro amigos, verano, vacaciones, el pueblo. Elementos de una fórmula matemática y sentimental que casi siempre tiene resultado positivo. La pandilla disfruta de los días sin horas por todos los rincones de la geografía, límites que conocen a la perfección desde pequeños. Sin embargo permanece un misterio. Tras el sendero borrado de sombras, al final de la colina, encima de los árboles y del barco de madera que dominaba la isla, los habitantes del lugar creen ubicar a "aquella mujer". Ellos entraron allí a jugar, sin miedo a nada. Pronto lo que ocurrió se convirtió en secreto. El tiempo ha pasado y aquel lugar que dio alas a su imaginación ha sido transformado en un terreno yermo, invadido por máquinas de construcción, sin embargo no han conseguido derribar lo más importante: los sentimientos que unieron al grupo. Un poético y reflexivo libro ilustrado, configurado a modo de collage, en el que conviven imágenes realistas, paisajes, retratos de animales, evocaciones fantásticas y diversas estéticas, todo ello en tonos sepia y azules. Deliciosa propuesta que contiene algunas láminas dobles de honda belleza, planos cenitales con los que ya nos había sorprendido con anterioridad Enric Lax.

Entre los recuerdos, imágenes y retazos de vida pasada, el narrador comparte un instante mágico. Cuatro amigos, verano, vacaciones, el pueblo. Elementos de una fórmula matemática y sentimental que casi siempre tiene resultado positivo. La pandilla disfruta de los días sin horas por todos los rincones de la geografía, límites que conocen a la perfección desde pequeños. Sin embargo permanece un misterio. Tras el sendero borrado de sombras, al final de la colina, encima de los árboles y del... Seguir leyendo