Una nueva aventura del joven aprendiz de detective Flanagan. En esta ocasión, se ve implicado en una historia de chantaje y en un asesinato. Una justicia de conclusiones fáciles señalará como culpable a la verdadera víctima del relato: aunque las circunstancias no sean concluyentes, hay una que por decreto, lo hace sospechoso: es gitano. Sólo Flanagan está convencido de su inocencia y no se lavará las manos. La acción se desarrolla en un barrio marginal de Barcelona donde conviven payos y gitanos y en el que las patrullas ciudadanas formadas por payos imponen su propia justicia. Una nueva aventura del joven aprendiz de detective Flanagan. En esta ocasión, se ve implicado en una historia de chantaje y en un asesinato. Una justicia de conclusiones fáciles señalará como culpable a la verdadera víctima del relato: aunque las circunstancias no sean concluyentes, hay una que por decreto, lo hace sospechoso: es gitano. Sólo Flanagan está convencido de su inocencia y no se lavará las manos. La acción se desarrolla en un barrio marginal de Barcelona donde conviven payos y gitanos y en el que las patrullas ciudadanas formadas por payos imponen su propia justicia.

No te laves las manos, Flanagan

Axl Rose, el vocalista de los Guns n’Roses, me aconsejaba al oído, que no llorase aquella noche y, a mi alrededor, yo no veía más que basura y desolación.
Este comienzo, que transmite una lamentable sensación de melancolía refleja una verdad como un rascacielos, tanto en sentido literal como en sentido figurado.