Se trata de una novela muy simbólica donde se presenta a un hombre que ansía ser distinto. Con una bebida de un ser mágico consigue su deseo, pero esta transformación tiene un precio. A través de la manera de ser del protagonista el lector se va adentrando en un ambiente amable. En los lugares que va recorriendo Kostia, siempre interviene mejorando la vida y la convivencia de los aldeanos, pero a pesar de que se encariña no puede quedarse. Recuerda a las fábulas y a los cuentos de hadas, en los que el encantamiento está presente. Se trata de una novela muy simbólica donde se presenta a un hombre que ansía ser distinto. Con una bebida de un ser mágico consigue su deseo, pero esta transformación tiene un precio. A través de la manera de ser del protagonista el lector se va adentrando en un ambiente amable. En los lugares que va recorriendo Kostia, siempre interviene mejorando la vida y la convivencia de los aldeanos, pero a pesar de que se encariña no puede quedarse. Recuerda a las fábulas y a los cuentos de hadas, en los que el encantamiento está presente.

La leyenda del viajero que no podía detenerse

Hacía mucho frío y Kostia se acercó aún más a la estufa.
Fuera soplaba el viento norte y empujaba las nubes que estaban detrás de las montañas.
Eran todas oscuras, de color gris plomo o violeta. Al principio parecían figuras de grandes animales, de osos o caballos. A través de las ventanas Kostia las veía bajar, corriendo o galopando.
El viento del norte las iba reuniendo, lo mismo que un pastor reúne a su ganado. Hasta que, todas juntas, cubrieron el cielo por completo.