Osito, el protagonista de la historia, se levanta contento. Pero cuando va a ponerse los pantalones, se encuentra que estos han desaparecido de su sitio. Osito los buscará todo el día descubriendo que varios animales han usado la prenda dándole usos bien distintos del que habitualmente tiene: el camello los utilizó como tapajorobas, el conejo como bandera, y hasta hubo quien hizo con ellos una manga pastelera. Expresivas ilustraciones casi fotográficas representan las diversas estancias de la casa en que se desarrolla la historia, permitiendo al lector identificarlas con facilidad. Osito, el protagonista de la historia, se levanta contento. Pero cuando va a ponerse los pantalones, se encuentra que estos han desaparecido de su sitio. Osito los buscará todo el día descubriendo que varios animales han usado la prenda dándole usos bien distintos del que habitualmente tiene: el camello los utilizó como tapajorobas, el conejo como bandera, y hasta hubo quien hizo con ellos una manga pastelera. Expresivas ilustraciones casi fotográficas representan las diversas estancias de la casa en que se desarrolla la historia, permitiendo al lector identificarlas con facilidad.

Los pantalones del osito

El sol brillaba a través de la ventana y despertó al Osito.
-¡Qué día más bonito! -se dijo-. Hoy haré algo diferente.
El Osito saltó de la cama, se quitó el pijama y buscó sus pantalones.
Miró en la silla donde los había dejado, y también en el suelo, debajo de la silla. Buscó en la cómoda por si acaso. Los pantalones no estaban en ninguna parte.
-En algún sitio tienen que estar -dijo el Osito-. Los pantalones no desaparecen. Iré a preguntar al Viejo Oso. Él sabrá dónde están.