Bartolomeus Bob, escritor de poca monta, se despierta una mañana ante un hecho insólito: el silencio se ha abatido sobre la ciudad. El responsable es el Mayor Dux, que ha dado un golpe de Estado  y a continuación ha prohibido hasta los tranvías, para que no generen ruido. Pero desde las mismas tripas de la ciudad, la música y quienes creen en ella se van abriendo paso, rompiendo todas las barreras que se les oponen. Y lo que parece un caso evidente de intolerancia y fanatismo extremo se revela de manera sorprendente como algo bien distinto. La música es la inspiración y el alma de este texto, no solo como eje del argumento, sino también en cuanto a su ritmo –se divide en «compases»–, como una juguetona melodía de jazz. Una original propuesta que aúna un tono humorístico e irónico con ribetes de novela negra en el procedimiento narrativo y pinceladas líricas y surrealistas protagonizadas por estrafalarios animales humanizados. Todo encaja y fluye con la rara coherencia de los sueños. La fuerte personalidad de esta obra se extiende a la cuidada edición, que integra en el diseño los textos y las vigorosas ilustraciones, cercanas al cómic.

Bartolomeus Bob, escritor de poca monta, se despierta una mañana ante un hecho insólito: el silencio se ha abatido sobre la ciudad. El responsable es el Mayor Dux, que ha dado un golpe de Estado  y a continuación ha prohibido hasta los tranvías, para que no generen ruido. Pero desde las mismas tripas de la ciudad, la música y quienes creen en ella se van abriendo paso, rompiendo todas las barreras que se les oponen. Y lo que parece un caso evidente de intolerancia y fanatismo extremo se revela de manera sorprendente como algo bien distinto. La... Seguir leyendo