Según los datos ofrecidos por la Agencia Española del ISBN, el sector editorial publicó 81.391 obras el pasado año, de las cuales un 22,8% fueron libros para niños y jóvenes.
La Federación de Gremios de Editores de España se hace eco de unas cifras que también señalan a Madrid y Cataluña como las dos comunidades autónomas con mayor número de publicaciones en su haber, seguidas por Andalucía, Comunidad Valenciana, País Vasco, Galicia y Castilla y León.
Las estadísticas, sin embargo, no incluyen los títulos autoeditados, una tendencia en alza durante los últimos años, pero que en todo caso demuestran que la LIJ está en primer lugar como temática más popular, junto a las obras didácticas, y seguidos de los libros de ficción, Medicina, Sociedad y Ciencias Sociales, Humanidades, Literatura y estudios literarios, Derecho, Arte, Estilo de vida y Deporte y Ocio, Economía, finanzas, empresa y gestión y otras tantas materias que representan menos del 3% de la producción.
En lo que se refiere al formato digital, las cifras de este año muestran un repunte que situa a España a la misma altura que otros países como Francia, Italia o Alemania, un síntoma de que los editores nacionales están apostando por este soporte con ahínco.
Desde la FGEE se reivindican también nuevas políticas de protección de la propiedad intelectual y contra la piratería que permitan incrementar todas estas cifras de cara al próximo año, un aspecto que afecta especialmente a la producción de obras en formato digital, objeto preferente de estas acciones ilegales.
Según se recuerda en la nota de prensa, es necesario tomar cartas en el asunto de forma urgente teniendo en cuenta que la industria editorial es uno de los grandes activos del país: mueve anualmente cerca de 3.000 millones de euros, y da empleo directo e indirecto a más de 30.000 personas en España. Las 840 empresas editoriales agrupadas en la FGEE representan cerca del 95% de la facturación del sector. En el ámbito exterior, el sector del libro español exportó en 2015 libros por un importe de 552 millones de euros.
[Imágenes: Ben White, Naassom Azevedo y Clem Onojeghuo con licencia CC]
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