Lo más importante en el dibujo o la escritura para los niños es ser honesto acerca de sus propios sentimientos y hablar sobre usted mismo también.
Wolf Erlbruch

El Astrid Lindgren Memorial Award es uno de los premios más importantes en el campo de la Literatura Infantil y Juvenil (también en lo referente a su dotación económica, que asciende a 5 millones de coronas suecas); y se concede anualmente a un escritor, ilustrador, narrador oral o promotor de la lectura que es designado en el transcurso de la Feria Internacional de Bolonia (Italia).

Su objetivo es promover el interés por la lectura en niños y jóvenes promocionando la obra de un determinado autor y está avalado por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. En su edición 2017 el jurado ha decidido conceder tan alta distinción al autor e ilustrador alemán Wolf Erlbruch, que sucede en el palmarés a Meg Rosoff, galardonada el año anterior.

Los miembros del comité que ha votado esta propuesta han destacado que “Wolf Erlbruch hace que las preguntas existenciales sean accesibles y manejables para los lectores de todas las edades con humor y calidez”, rasgos asociados a unos ideales humanistas siempre presentes en su obra. También que se trata de un ilustrador que “honra la tradición a la vez que abre nuevas puertas creativas. Es un cuidadoso visionario”.

Su estilo visual surge de una larga tradición y se caracteriza por trazos intensos y precisión. A menudo combina diferentes técnicas como el collage, el dibujo a lápiz y tiza o la acuarela, sin renunciar a la experimentación gráfica.

Wolf Erlbruch (1948) alcanzó gran popularidad en el mercado español gracias a su trabajo en el superventas mundial El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza (1991). En su haber cuenta con una decena de obras propias y  ha ilustrado más de cincuenta títulos con textos de otros autores.

Tras cursar estudios de diseño gráfico, Wolf Erlbruch se dedicó principalmente a ilustrar revistas como Stern o Esquire antes de decantarse por la enseñanza. Hasta 2009 ejerció de catedrático de Artes Ilustrativas y Visuales en la Universidad de Wuppertal, localidad en la que reside.

Debutó en 1985 con las ilustraciones de El águila que no quería volar, de James Aggrey. Saltó a la fama cinco años más tarde al publicarse la citada obra El topo..., con texto de Werner Holzwarth.

En su carrera a menudo ha sondeado cuestiones existenciales, planteando con humor y agudeza preguntas sobre el sentido de la vida y la muerte. El pato y la muerte (2007) es un buen ejemplo. Se trata de un tierno relato sobre un pato al que visita la Muerte que está considerado como un clásico contemporáneo. De contenido sencillo y depurado –apreciado por adultos y niños por igual– constituye una reflexión tanto sobre las condiciones de la vida como acerca de la inexorable presencia de la muerte.

Uno de los títulos más controvertidos que Erlbruch ha ilustrado es L'ogresse en pleurs (1996), con texto de Valérie Dayre. En este cuento, aparentemente de terror, sobre una mujer que quiere comerse a un niño se abordan cuestiones difíciles pero importantes en torno a la relación entre hijos y padres, sobre la simbiosis y la libertad y acerca del amor y el terror a la pérdida.

Declaración del jurado

Puedes descubrir y disfrutar la obra de este autor en Canal Lector