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Vista aérea del campo de refugiados de Zaatari, cercano a la ciudad jordana de Mafraq (ACNUR)
Según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados define el término para referirnos a aquellas personas que "debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él"
La Literatura Infantil y Juvenil no es ajena al drama y en gran parte de sus tramas aparecen historias relacionadas. A lo largo de la última década han proliferado, especialmente, interesantes propuestas que merece la pena conocerse. Recientemente, Ricard Ruiz Garzón y Maite Gurruchaga plasmaron en La inmortal, Premio Edebé de Literatura Infantil 2017, algunas de las noticias y preocupaciones vigentes en nuestra sociedad, analizando desde un particular y efectivo punto de vista las crisis migratorias o los prejuicios que los occidentales muestran hacia algunos emigrantes.
Los lectores más pequeños también pueden tener una aproximación a este problema global gracias a fantásticas propuestas como Trenfugiados, álbum en el que se abordan las consecuencias de la guerra y el drama de los refugiados desde una mirada infantil, aunque con un mensaje nítido para el lector: expresar el horror y el sufrimiento de muchas personas en contraposición a cómo lo sienten los niños de otros países que no están en guerra. La obra es de José Campanari y está ilustrada por Evelyn Daviddi, y ha sido publicada por Ediciones La Fragatina en 2016.
En Caminos de libertad, de la autora barcelonesa Maite Carranza (Edebé, 2016) podemos encontrar otro tipo de trama y argumento, pero resulta muy clarificadora la historia de Alexia, ya que visita algunos parajes en donde han ocurrido a lo largo del siglo XX diversos acontecimientos que pueden ayudar a comprender la situación actual.
El Asombroso legado de Daniel Kurka (O El Secreto de Nikola Tesla), de Mónica Rodríguez, una obra editada por SM también en 2016 que fue finalista del prestigioso Gran Angular, recrea las andanzas de un joven emigrante que en su país de acogida tiene un encuentro inesperado con un científico que cambiará su modo de pensar y ver la vida.
Si echamos la vista atrás, también historias como Una chica en invierno (Philip Larkin, Impedimenta) ya abordaban los sentimientos y sensaciones de jóvenes que estuvieron obligados a desplazarse y fijar su residencia en otros lugares por culpa de las guerras. En ese caso la historia nos hablaba de Katherine, a través de cuya figura fluye el poso de la añoranza durante los frios inviernos de la Segunda Guerra Mundial.
En España no hace tanto que gran parte de su población se vio obligada a huir, millones de personas que se convirtieron en refugiados de la noche a la mañana, como la familia asturiana que se desplaza hacia tierras francesas durante la Guerra Civil que constituye el hilo conductor de Mi hermano Benjamín, más allá del exilio, un apuesta François Alva-Carcé para Saure (2015)
Vals con Bashir es un curioso e innovador cómic que fue llevado al cine con gran éxito (estuvo nominado a los Oscar de Hollywood) Acerca al lector al drama del conflicto árabe-israelí con una historia sobre Palestina salpicada de asesinatos, vivencias en campos de refugiados, amistades imborrables y recuerdos que nunca desaparecen. Fue publicada por el sello Salamandra, en su colección Graphic, en 2014 por Ari Folman y David Polonsky.
En este mismo año, la editorial Juventud presentó el álbum ilustrado Niños del mundo en peligro, de Donald Grant. Una obra que contiene tres historias -protagonizadas por niños de tres continentes con altos índices de subdesarrollo- que recogen abundante información sobre la trágica situación de la mayoría de los menores que pueblan el mundo. Gracias a historias como estas es posible acercar la cruda realidad a los pequeños que han tenido la suerte de nacer en Occidente y promover la reflexión y la acción desde niños.
El campamento de refugiados en Tinduf (Argelia) es uno de los lugares que aparecen en Suad, una novela de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo publicada por San Pablo en 2013, en el que se narra la historia de Laia y su hermana, que reside en aquel lugar y que conoce de primera mano la situación que deben afrontar a diario.
Un espacio que también es el escenario principal en el que transcurre Ángeles de arena, de Josep Lluis Navarro (Lóguez, 2005)
El chico que encontró la felicidad, de Edward van de Vendel (SM, 2011) está basado en hechos reales y relata el éxodo de toda una familia desde Afganistán hacia Europa, huyendo del régimen extremista talibán. Antes de despedirnos, de Gabriella Ambrosio (Noguer, 2011), se centra en el atentado suicida que cometió una joven palestina en un centro comercial en 2002. Analiza con acierto la vida de los refugiados palestinos y los colonos judíos que viven en Jerusalén.
La unión de Liz Lofthouse y el ganador del premio Hans Christian Andersen de Ilustración Robert Ingpen cristalizó en el álbum ilustrado Ziba vino en un barco, una potente historia que habla de la vida de una niña afgana y su familia que se ven obligados a huir de su país, que sufre una cruenta guerra, en busca de paz y libertad (Lóguez, 2008)
Estás en la luna, de Carmen Montalbán y Pilar Millán Derqui es un emotivo alegato gráfico editado por Kalandraka en 2008. Abuela y nieta son los polos de una historia que da voz al pueblo que vive con dureza en medio de la nada. Los estragos del Alzhéimer resultan aquí doblemente catastróficos, pues con la pérdida de memoria del individuo peligran los recuerdos que sustentan las raíces de una población que no puede permitirse olvidar sus orígenes.
Los cien ojos del pavo real (de Tina Blanco y Alicia Cañas, Everest, 2007) es un relato que transcurre en la India, donde viven muchos miles de tibetanos refugiados que han huido de la represión existente en su país.
En El color de la arena, de Elena O´Callaghan i Duch y María Jesús Santos (Edelvives, 2005) conocemos, gracias a los dibujos que el pequeño Abdulá hace en la arena y a sus reflexiones sobre las historias que le cuenta el abuelo, la travesía que tanto su familia como el resto del poblado deben recorrer tras haber sido expulsados de sus tierras y obligados a vivir en campos de refugiados en el desierto.
Hijo de la guerra, de Xavier-Laurent Petit (Alianza, 2005), es un desgarrador relato dedicado a los jóvenes rehenes de los países en guerra que utiliza una fórmula narrativa muy original. El cazador de estrellas, de Ricardo Gómez (Edelvives, 2003) habla de Bachir, un niño enfermo que vive en un campamento de refugiados saharauis.
Años antes vió la luz Esperando a Anya, una obra de Michael Morpurgo editada en España por SM en 2002 en la que se pone de manifiesto que, por encima de las enemistades que generan las guerras, las personas pueden ser capaces de los gestos más nobles. Jo descubre en su pueblo (sur de Francia), ocupado por soldados alemanes en plena II Guerra Mundial, a un refugiado dedicado a salvar niños judíos. La decisión de prestar ayuda pondrá en riesgo su vida y la del resto de vecinos.
Un día tuvimos que huir (Sybella Wilkes, ACNUR, 1999); muestra varias historias escritas y dibujadas por niños refugiados de Kenia con la intención de que los niños de otras partes del mundo comprendan qué implica ser refugiado.
[Créditos de las imágenes: Fayaz Aziz - Reuters (c) y ACNUR, Agencia ONU]
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