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100 años de Roa Bastos: la literatura como acto de servicio


Novelista, poeta, guionista de cine, radio y televisión, corresponsal en la II Guerra Mundial... Augusto Roa Bastos (1917-2005) es, sin duda, uno de los grandes maestros de la narrativa hispanoamericana, y un símbolo de Paraguay. Para el autor, según confesaba al periodista Joaquín Soler Serrano en su ciclo de entrevistas A fondo, grabadas en la década de los setenta del siglo XX, "la vida fue siempre un olvido continuado" como consecuencia de los sangrientos conflictos armados que asolaron su tierra durante toda su infancia y adolescencia.
 
Desde hoy, 13 de junio, fecha exacta de su aniversario, se celebran en distintos lugares del mundo varios actos de recuerdo que se suman a las que han venido celebrándose en España y América desde enero de 2017, fecha en que el Congreso paraguayo declaró oficialmente en su país la apertura del año del centenario del escritor.
 
Entre las actividades previstas figura, además del lanzamiento —hoy en Asunción— de un sello especial de la Dirección Nacional de Correos, la edición conmemorativa de la obra cumbre, Yo el Supremo, a cargo de la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). 
 
Roa Bastos, que fue miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española (APARLE), recibió el Premio Cervantes en 1989 y, al año siguiente, la Orden Nacional del Mérito de Paraguay.
 
Nació en el barrio de Villa Morra, Asunción, y vivió sus primeros años de infancia en una pequeña casita al lado del ingenio y a metros del rio Tebicuary-mi, lugares que tendrán gran influencia en su vida y, posteriormente, en su literatura. Los primeros grados los cursa en la escuela República Argentina, sobre la calle Cerro Corá, y los últimos de primaria en el Colegio San José.
 
Ante el desarrollo de la Guerra del Chaco (1932-35), junto con un grupo de compañeros se embarca en el vapor Holanda, rumbo al escenario del conflicto, pero son derivados como asistentes de enfermería. Durante la adolescencia escribió los borradores de su primer cuento, Lucha hasta el alba, que no será publicado hasta finales de los años setenta.
 
En 1942 viene a Europa, como corresponsal de El País, para vivir en primera persona la pesadilla de la II Guerra Mundial. Profundamente impresionado, a pesar de la juventud vivida entre los conflictos bélicos de su país, comienza a trabajar para el Banco de Londres, momento que coincide también con su matrimonio con Lidia Mascheroni. Allí publica su primer libro de poemas El ruiseñor de la aurora.
 
En esa epoca tuvo oportunidad de dialogar y realizar reportajes sobre personajes como Luis Cernuda (en Escocia), Pau Casals (en un tren de Glasgow a Londres) o Charles De Gaulle, entre otros muchos.
 
En 1947 se produce el exilio voluntario y definitivo de su país. La única causa que provoca esa salida es haber sido el redactor jefe de un periodico independiente que se enfrentó, dentro de los límites posibles, a las autoridades, contando las revueltas sangrientas que se estaban produciendo.
 
Tras el ataque al diario en el que trabaja se ve obligado a refugiarse en la Embajada de Brasil hasta que puede huir a Argentina, camino que tomarán otros miles de paraguayos tras la terrible guerra civil en la que cae derrotado el bando democrático. En esa nueva vida obligada asiste atónito a una nueva época de matanzas entre compatriotas y a una nueva represión, que le obligaron definitivamente a instalarse en Europa.
 
A mediados de los años 40 forma parte del grupo literario Vy´a raity (nido de la alegría), junto a Josefina Pla, Óscar Ferreiro... Un equipo que jugará un rol esencial en la renovación del lenguaje poético del país. En esta década autores como Juan Ramón Jiménez, Neruda, Alberti, Lorca, Faulkner, Freud o Marx constituyen su principal inspiración.
 
El mayor peso de su carrera literaria se desarrolla a partir de entonces, muy ligado a su vida cotidiana en Buenos Aires (Argentina), donde sobrevive ejerciendo diversos oficios, incluso como agente de seguros.
 
A mediados de los 50 se publica su primer volumen de cuentos, El trueno entre las hojas. Esa época está marcada por su amistad con otros autores emblemáticos como Miguel Ángel Asturias, Alberti, Sábato o el músico José Asunción Flores.
 
La década de los 60 arranca con la publicación del poemario El naranjal ardiente y la novela Hijo del hombre, ganadora del Concurso Internacional de la Editorial Losada y quizá la obra que mejor refleja la historia de su país, que tanto poso dejó en su personalidad. También con sus primeros guiones cinematográficos, filmados por Armando Bó, como Sabaleros, La burrerita de Ypacarai o El trueno entre las hojas y la asistencia al Encuentro Internacional de Escritores organizado en Concepción (Chile)
 
En los años posteriores sigue escribiendo guiones para el cine, algunos exitosos como la adaptación de Hijo de hombre, que gana el Primer Premio de Guión en el Festival de Cine de San Sebastián (España).
 
A partir de los 60 participa en el encuentro de escritores de Asunción organizado por la revista Alcor, en el que coincide con Mario Vargas Llosa; y publica los relatos El baldío, Los pies en el agua, Madera quemada y Moriencia.
 
Los 70 se inician con la edición de Cuerpo presente y otros cuentos... Participa como jurado en el Premio de Poesía René Dávalos y recibe la beca Guggenheim, fundamental en su vida pues le permitirá disponer del tiempo necesario para componer Yo el Supremo, la obra con la que alcanza mayor fama y que comenzó a escribir en 1968. La edición definitiva se publica en 1973, en un momento en el que el autor pasa por un delicado estado de salud.
 
En 1976 como consecuencia del golpe militar del general Jorge Rafael Videla decide exiliarse en Francia, pasando a ocupar una cátedra en la Universidad de Toulouse, donde enseña guaraní. Vive en la distancia el fallecimiento de su padre, Lucio Roa. Desde Europa viajará con frecuencia a países como Venezuela, donde viven sus hijos Mirta y Carlos. Presenta allí El dolor paraguayo, de Rafael Barrett, con prólogo suyo, editado por la Biblioteca Ayacucho.
 
En Toulouse participa de la Semana Latinoamericana junto a Julio Cortázar, Bareiro Saguier, Jean Andreu y Juan José Saer. En ocasión de una visita suya a Asunción en 1979 se publica un cuento de su época de juventud, Lucha hasta el alba.
 
En Toulouse se une a Iris Giménez, hija de exiliados españoles y profesora de dicha universidad, con quien tiene tres hijos: Francisco, Silvia y Aliria. En 1982 es invitado a la Universidad de Maryland a un seminario sobre su obra. 
 
Viaja luego a Asunción donde da charlas, pero es expulsado del país por orden del dictador Alfredo Stroessner, acusado de ser un portavoz del comunismo internacional y de haber viajado a Cuba. De nuevo en Europa, España le concede la ciudadanía. Se aboca a la escritura de El Fiscal y se edita Contar un cuento y otros relatos.
 
Termina la versión teatral de Yo el Supremo en 1984. Preside en Madrid el Encuentro de Jóvenes Creadores Hispanoamericanos y escribe en El País artículos sobre la realidad paraguaya en dictadura.
 
En 1986 da a conocer su Carta abierta al pueblo paraguayo donde preconiza el fin de la dictadura y el inicio de una transición a la democracia tutelada por el Ejército y la Iglesia Católica con apoyo de sectores democráticos. 
 
Su labor de difusión de la realidad paraguaya es intensa, recorriendo varios países y generando reacciones de apoyo a ésa causa. En Buenos Aires participa del Primer Congreso Latinoamericano de Escritores junto a Juan Rulfo, Héctor Tizón y Mario Benedetti, entre otros. Establece en ésta ciudad una agencia de noticias paraguayas para difundir a nivel internacional la labor de los sectores democráticos opuestos al régimen stronista.
 
En 1987 se realizan en Madrid las Jornadas por la democracia en el Paraguay, coordinado por Roa Bastos y María Gloria Giménez, donde concurren por primera vez juntos en un evento, más de cuarenta referentes del exilio interior y exterior paraguayos, así como personalidad políticas y culturales de Europa. El evento cuenta con el apoyo del gobierno español y del PSOE. Obtiene en 1988 el Premio de Letras del Memorial de América Latina, otorgado en San Pablo, Brasil, y dotado con 100.000 dólares.
 
En 1989, tras la caída del régimen autoritario, retorna a Asunción siendo recibido entusiastamente por la ciudadanía, círculos de intelectuales y artistas, concitando el interés de los medios de prensa. En España le es concedido por su trayectoria y su lucha democrática el Premio Cervantes, la más alta distinción de las letras hispanoamericanas. La Universidad de Toulouse le otorga el título de Doctor Honoris Causa. Sus libros se traducen a quince idiomas.
 
En 1992 publica Vigilia del Almirante, novela inspirada en la figura de Cristóbal Colón, poniendo fin a casi dos décadas de silencio literario. Escribe artículos para el diario Última Hora de Asunción y dicta charlas a periodistas y jóvenes del interior. Reescribe en 1993 una nueva versión de El Fiscal, novela que completa la trilogía de su enfoque sobre el poder junto a Hijo de Hombre y Yo el Supremo.
 
En 1994 da a conocer Contravida, novela de marcado tono autobiográfico, centrada en su niñez en Iturbe. Al año siguiente publica Madama Sui y recibe el Premio Nacional de Literatura concedido bianualmente por el Congreso de la Nación. Se establece definitivamente en Asunción hacia 1996 y se dedica a escribir y dar charlas a jóvenes, además de participar activamente en el rodaje del film autobiográfico El portón de los sueños de Hugo Gamarra Etcheverry. También en estos años celebra un encuentro con Ernesto Sábato, en el marco de la Feria del Libro de Asunción, y forma parte del jurado del Premio Clarín de Novela.
 
En 1999 sufre una delicada operación cardíaca. Durante su convalecencia, además de recibir el apoyo de imporantes figuras de la cultura americana y española, como Adolfo Bioy Casares, Mercedes Sosa o Elvio Romero, publica Metaforismos. Al año siguiente es invitado de honor de la Universidad Alcalá de Henares (España) con motivo de la celebración del cuarto centenario de su fundación.
 
En 2003 visita Cuba, país en el que imparte algunas charlas y donde recibe la condecoración José Martí de manos del presidente Fidel Castro. En Buenos Aires es condecorado por el canciller Rafael Bielsa.
 
Hacia el 2004 trabaja en la finalización de su novela El país detrás de la lluvia y en los Proverbios rebeldes cuando sufre una grave crisis de salud que coincide con el reconocimiento del gobierno chileno en el marco del centenario de Pablo Neruda. Finalmente, el 26 de abril de 2005 fallece en Asunción a los 87 años tras una caída en su casa. Miles de personas asisten a su funeral y luego a su entierro en un acto de gran repercusión ciudadana en su tierra natal.
 
Queda inconclusa su novela El país detrás de la lluvia, cuyo paradero se desconoce y el libro de aforismos Proverbios rebeldes. Deja inéditos Elisa Lynch y Pancha Garmendia, libreto para teatro y ópera, así como un guión para ballet, editados póstumamente en El libro de los libros de Augusto Roa Bastos... Sus hijos Mirta y Carlos Roa anuncian la creación de la Fundación Augusto Roa Bastos, que tiene vigencia legal desde el 2007 y sede en Asunción.
 
Hay una serie de temas que vertebran su obra, casi obsesivos: la reflexión sobre el poder, una constante en sus historias. También el amor, en todas sus facetas, el sentimiento "más fuerte que existe en la sociedad humana y lo que une los dos géneros, un campo donde suceden historias fantásticas, un escenario impredecible y mágico", como confesaba en el célebre programa de televisión argentino Los siete locos durante su última visita a este medio.
 
También el lenguaje fílmico influenció decisivamente su narrativa, como ocurrió a otros autores contemporáneos del escritor, como Julio Cortázar.
 
Desde Canal Lector recomendamos todas sus obras, con especial atención a Polisapo, una historia destinada al público infantil que puede servir como puerta de entrada a su colosal testamento literario desde las primeras edades.
 
Fuentes:
Biografía elaborada por el periodista Antonio V. Pecci para la Fundación Augusto Roa Bastos.
Programa de televisión "A fondo", en RTVE.es (Entrevista del periodista Joaquín Soler Serrano en 1976)
Programa de televisión "Los siete locos" (Entrevista de la periodista Cristina Mucci en la televisión pública argentina)
Créditos de las imágenes:
Agencia Literaria Carmen Balcells 
 
 
 
 
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