Varias campañas para animar a los lectores a conocer y acercarse a la literatura hecha por mujeres han comenzado este año. Entre ellas, se encuentra el proyecto #readwomen2014 que ha puesto en marcha la escritora e ilustradora Joanna Walsh y que desde su comienzo ha tenido una gran repercusión.

Según las estadísticas, existe un claro desequilibrio en el trato que reciben los escritores de un sexo u otro. Así por el ejemplo, en 2012 solo un dieciséis por ciento de las reseñas de libros que aparecen en el listado que presenta periódicamente The New York Review of Books las habían hecho mujeres y un veintidós por ciento de los libros reseñados los habían escrito mujeres –informa Dennis Abrams en un artículo publicado en Publishing Persperctives.

Por esta razón –continúa Abrams– Daniel Pritchard, editor de la revista estadounidense The Critial Flame hizo el anuncio de que  2014 se lo dedicaría a las escritoras, alegando que nada cambiará si la gente no actúa dentro del entorno en el que tiene cierto control.

Pero ha sido el proyecto #readwomen2014 de Joanna Walsh el que mayor atención ha conseguido. Todo comenzó –explica el artículo– cuando se lanzaron unas tarjetas de Navidad con el eslogan “el año de las mujeres lectoras” en las que se enumeraban doscientas cincuenta autoras y se invitaba al beneficiario de esta tarjeta no tanto que leyese en exclusividad a estas mujeres, sino que buscara y tratara de conocer a alguna de esas escritoras. Cada vez se pedían más y más tarjetas –explica Walsh– y se recibían muchas sugerencias a través de Twitter de otras autoras que no estaban incluidas en la lista.

La creadora del proyecto reconoce que le preocupa el hecho de tuitear ciertos nombres, ya que podría conllevar cierta polémica, pero en cuestión de minutos –añade– hombres y mujeres comenzaron a añadir sus propias listas de favoritas. La lista final –concluye– llegó a triplicarse.