Un texto sencillo con imágenes a gran escala que entusiasmará a los pequeños lectores por su expresividad y estructura. El protagonista es un pájaro que usa una escalera para acceder a todo tipo de espacios, desde un tejado hasta una nube. Pero el instrumento también ofrece otras posibilidades, por ejemplo deshacer el camino. Un conejo le acompaña en todas las aventuras e interviene en la parte final para resolver su problema. La estructura de la historia facilita que los pequeños lectores formen parte activa de la misma jugando a predecir lo que va a ocurrir a la vez que se divierten con las situaciones absurdas que provoca tanto el pájaro como las soluciones del compañero de travesía. El autor vallisoletano ha utilizado témperas y lápices de vivos colores para iluminar una secuenciación de escenas de gran atractivo visual, en la que juega con los enfoques y planos para dar dinamismo a la historia.

"Olvidar nuestros errores o los malos momentos hace que nos olvidemos también un poco de nosotros mismos". Pero Aurora, la protagonista, una chica de 17 años, no lo sabe. Prefiere no sufrir y olvidar a tener que asumir lo que significa vivir. La solución está a su alcance en el corcel dorado del carrusel de su abuelo, allí se quedan los recuerdos, el dolor. Empieza de nuevo. Hasta ahora lo había hecho pero la llegada al pueblo de Teo y  Erin, dos amigos que se fueron, es una interrogante para la protagonista. Siente algo por el chico, la inquieta, ¿pasó algo antes? Tendrá que decidir si recordar y avanzar como persona o no saber. Laia Soler nos sumerge en una historia que no nos dejará indiferentes, una propuesta que atrapa desde el principio hasta el final, muy bien secuenciada, con unos personajes creíbles y construidos con delicadeza que van madurando a lo largo de la narración, y con múltiples detalles y pasajes, distinguidos con letra en cursiva, que nos trasladan del presente al pasado a través de la figura del corcel. 

Los sueños de Abelardo están unidos a su condición de ave. Durante una partida de cartas surgen rumores de nuevos y fascinantes aparatos que permiten volar incluso a los humanos en otras latitudes. Sin pensarlo mucho acepta el desafío: “Si quieres ser apreciado muere o viaja”
Bajo la apariencia de una fábula amable, protagonizada por animales humanizados, se esconde una travesía que muestra la cara más oscura de la sociedad: intolerancia, ausencia de sueños, desesperanza. Un camino que el pequeño pollo recorre guiado por el amor a Epilia y que le sumerge en una cruel zozobra de sentimientos y experiencias de las que siempre se puede extraer un aprendizaje.
El planteamiento gráfico fusiona la dulzura y tonalidades amables de las ilustraciones infantiles con sombras y tramas, detalles más cercanos al underground, en un interesante y permanente juego de variados planos y perspectivas. Con reminiscencias a clásicos como El viento en los sauces o Pinocho, los autores regalan una fantástica fábula iniciática que deja poso en el recuerdo.

Teo, el protagonista, es un niño de 8 años. Con su mirada ingenua relata qué le pasa. Piensa que Napoléon es una persona que podría ayudarlo pues siempre venció en las batallas pero cuando descubre que está muerto comienza su problema.  No sabe cómo llegar a él y sus preguntas le llevan a otras desde quién es Dios;  la vida y la muerte;  el más allá y cómo llegar hasta allí; si existe o no el infierno y el paraíso y dónde puede estar Napoleón. Cada respuesta es una nueva pregunta hasta que llega al final.
La autora ha sabido recrear, con gran acierto, el mundo interior de un niño, sus inquietudes y sentimientos ante la separación de sus padres. 

Álvaro no es como los demás niños, él lo tiene claro, lo que le gusta es saltar. Aurora Rúa ha partido de una situación absurda para crear un libro de humor. Desde el principio, si observamos la portada veremos que falta una o al nombre de Álvaro pero si observamos bien la descubriremos más arriba en el cielo e intuimos ya que puede haber en el interior. Una historia divertida donde el niño, Álvaro, es ajeno a todo porque tiene su mundo y se lo pasa bien sin ser consciente de la que monta y organiza. Los dibujos de Guridi están llenos de expresividad, son divertidos, sin dejar nada al azar y mostrando todas las reacciones de los personajes. Y como complemento, un medidor de pared con escenas del libro para que el lector averigüe su talla o quizás su salto hasta...¡la luna!

Desde la transparencia inicial, en donde aparece grabada la introducción al poemario, el lector ya puede intuir que la edición ilustrada de los versos de la autora norteamericana es, en realidad, una mágica invitación para acceder a un embelesador y hermético universo personal. Sus reflexiones envuelven y seducen, transportan a sus huéspedes a un lugar donde todo es posible. En el trayecto se puede luchar con la muerte, amar profundamente o chocar con la realidad imperante. La versión bilingüe permite disfrutar doblemente del valor de la pluma de una escritora reivindicada tiempo después de la época que le tocó vivir, y ahora reinterpretada en sutiles y pálidas imágenes que confieren un ambiente único a la obra. Una oscura joya para degustar en pequeños sorbos.

Gwen necesita emociones fuertes en su vida, aunque no imagina que pasar las horas junto a Errol, un anciano que sufre una enfermedad degenerativa, pueda convertirse en toda una aventura. Al mismo tiempo, la costa oeste norteamericana está viviendo una cadena de robos sin precedentes y una embarcación parece haberse volatizado en el Pacífico Norte. Pero las cosas no son siempre como parecen y los planes cambian a medida que la vida avanza. Imaginativa propuesta, barnizada de humor y pequeños homenajes a las viejas historias de piratas, tanto literarias como cinematográficas, que reivindica la importancia de vivir aventuras como parte necesaria de la existencia. El argumento sorprende al lector con un desarrollo narrativo diferente al que sugiere un primer acercamiento a la obra.

Emilio, el oso, no sabe qué debe hacer al despertar. Cuando recuerda que debe ir a ver a su primo, el oso polar Guillermo, es ya demasiado tarde y pierde el vuelo. Comienzan aquí sus aventuras y desventuras para llegar al Polo Norte. Mientras, su primo, hará el viaje a la inversa. ¿Se encontrarán? Un libro con mucho humor donde la autora, con una escritura ágil y amena, nos va introduciendo de forma ingeniosa en la historia. Las ilustraciones en tres tonalidades complementan el relato en una edición muy cuidada en todos sus detalles: los papeles de colores, las tintas y la grafía.

Tungsteno, el perrito, ha motivado a Pinzón, el pájaro, para que excave y haga un descubrimiento. Tiene que ser algo que nunca se haya visto. Y para cumplir su cometido, cava, cava y cava, hasta llegar a lo más profundo y entonces... ocurre algo que no se puede creer. Menos mal que su amigo Tungsteno está cerca para sacarle de dudas. Una historia amena, de humor, con giros inesperados, también del libro fisicamente, que divertirá a los lectores. El autor sabe introducir dentro de la narración apuntes paralelos que harán que volvamos otra vez al libro para fijarnos y descubrirlos. 

Antes de Pinocho fue el árbol del que se extrajo la madera. El génesis de aquel tallo sirve como base para una onírica aventura ilustrada donde las majestuosas imágenes, gran parte de ellas a página completa, permiten el lucimiento de un artista que rompe con los moldes de la creatividad. Fragmentado en viñetas y siguiendo el devenir de la noche, fruto de fenómenos atmosféricos espectaculares, el esqueje de una rama nos introduce de forma magistral en el big bang del famoso personaje literario creado por Carlo Collodi. La paleta de colores recorre las más variadas tonalidades para encender la imaginación de los lectores.

El pequeño protagonista pierde a su mascota en un paseo en bici por el bosque junto a su madre. Monky inicia entonces un largo periplo, ayudado por los animales de la zona, trazando una historia de final incierto. Las bellas ilustraciones rebosan candidez y desprenden aroma a clásico desde las guardas, con una secuenciación narrativa en viñetas que bebe del lenguaje del cómic aunque prescinde de sus elementos más identificativos. Publicado originalmente a mediados de los ochenta, recupera un relato cargado de inocencia y sentimientos infantiles. Tan tierno como recomendable para los pequeños lectores (y sus padres).

Un tesoro, así siente el jardinero su jardín. Y como tal lo cuida. Pero tenía un pequeño problema el jardín se iba muriendo hiciera lo que hiciera, además él era muy pequeño. Una noche antes de acostarse y después de haber descubierto una hermosa flor, deseó tener ayuda. Durmió mucho, muchísimo y en ese tiempo alguien más descubrió su flor y quiso cuidar el terreno. Así cuando el jardinero se despertó vio con admiración que habían crecido las plantas. Su jardín era espléndido, había renacido. Un hermoso libro-álbum sobre el amor a la naturaleza, a la perseverancia.

Barnizado con un toque humorístico para arrancar la sonrisa del lector, el catálogo ilustrado de peculiares recuerdos de infancia recoge diversiones, temores y momentos que quedaron atrás. El niño, caricatura en pocos trazos de la persona en la que se convertirá con el paso de los años, recorre los mejores y peores sentimientos de sus primeros meses de vida, para desembocar en un previsible, pero no por ello menos atractivo, deseo final, expresado en una página desplegable que redondea una propuesta gráfica sencilla pero efectiva y original.

Si quieres aprender a dibujar una vaca, en este libro encontrarás dos métodos para conseguirlo, con dos resultados diferentes e inesperados. Un álbum original, divertido, con gran sentido del humor y un sorprendente final. Las ilustraciones a lápiz, en ocasiones coloreadas con pintura verde, se asemejan a los dibujos infantiles. La autora y el ilustrador consiguen crear una obra que divertirá y motivará a los lectores, infantiles ¡y adultos!, que tengan la suerte de acercarse a ella. Un bello trabajo, que trasmite una gran creatividad e imaginación.

Un libro lleno de informaciones veraces y curiosas sobre el mundo animal. La autora Julie Colombet ha concebido una obra donde cada doble página es un titular sobre dos o más animales y lo hace comparándolos, ya sea porque comparten alguna característica o por su tamaño. Así nos dice que el lémur es muy pequeño y para que nos hagamos una idea lo compara con el ojo de un calamar gigante y los dibuja a ambos para que el lector vea el tamaño y sepa de lo que se está hablando. Entre otros también menciona los bigotes del lobo marino que son tan largos como un gallo; la nariz del mono narigudo que puede ser como una ardilla voladora; incluso que el calamar gigante es tan grande como ocho veces un oso pardo;  o la koala, el canguro y el jerbo de Egipto que pueden vivir sin beber;  y otros muchos más animales. El resultado es un libro-álbum visualmente atractivo, divertido y ameno para lectores a partir de 10 años. 

El capítulo final de la trilogía sobre el más famoso y sanguinario asesino nacido en la literatura francesa desvela inquietantes enigmas. El tren París-Burdeos y las calles de la capital constituyen el escenario principal de una trama lúgubre e inquietante, de la misma calidad literaria y gráfica que las dos anteriores, en donde el amor y la muerte se funden entre viñetas y bocadillos. El inspector Juve y el periodista Fandor encuentran la pista definitiva sobre el paradero del temible bandido, pero su sombra es demasiado alargada como para centrarse en un único camino. La aventura al completo está avalada y prologada por representantes de la Sociedad de Amigos de Fantomas e incluye, de nuevo, un interesante apéndice con story boards y bocetos de la ilustradora. Una obra multipremiada y muy recomendable.

Una historia divertida y muy imaginativa. La protagonista es una niña llamada Mónica que nos cuenta que le gustan mucho las golondrinas, los pastelillos de fresa, escuchar cuentos a su madre y sobre todo pintar. Pero tiene un pequeño problema y es que un día quiere pintar un beso y no sabe de qué color puede ser. Empieza a imaginarlos con los distintos colores, en rojo como la salsa de espaguetis, en verde como los cocodrilos, en amarillo como los girasoles...pero no lo ve claro. Pregunta a su madre y esta directamente le da uno. Por fin,  lo sabrá...o ¿quizás no? Un álbum muy original y nada empalagoso.

Hay miedos que parecen difíciles de superar. Aunque a veces el olor de un delicioso bizcocho recién horneado puede transformar las cosas más terribles en divertidas. Diez ingeniosos pasos para que los niños cambien temores por sonrisas. Editado en papel de gran gramaje y bordes redondeados para facilitar su manejo a los pequeños lectores, las ilustraciones evocan una simpática estética de otra época, en colores planos, protagonizadas por personajes de formas geométricas bien definidas que potencian el buen humor y la imaginación que destila toda la historia.