Tres relatos de ciencia-ficción independientes entre ellos. En los tres casos la voz narrativa corresponde a uno de los protagonistas. Tres historias que nos trasladan a parajes desconocidos: el fondo del mar, las cavernas y el cielo. Se componen de sucesos extraordinarios que se enmarcan en el espíritu científico de la Inglaterra victoriana: los principios de la aviación, las ciencias naturales o los viajes submarinos son los temas que presentan. Los relatos se apoyan en la acción, con poco diálogo y un ritmo acusado. Las abundantes explicaciones dan base científica a los hechos. Tres relatos de ciencia-ficción independientes entre ellos. En los tres casos la voz narrativa corresponde a uno de los protagonistas. Tres historias que nos trasladan a parajes desconocidos: el fondo del mar, las cavernas y el cielo. Se componen de sucesos extraordinarios que se enmarcan en el espíritu científico de la Inglaterra victoriana: los principios de la aviación, las ciencias naturales o los viajes submarinos son los temas que presentan. Los relatos se apoyan en la acción, con poco diálogo y un ritmo acusado. Las abundantes explicaciones dan base científica a los hechos.

El abismo de Maracot

Puesto que estos documentos me han sido confiados para su publicación, comenzaré por recordar al público la triste pérdida del vapor Stratfors, que, hace un año, comenzó un viaje con propósitos oceanográficos y para estudiar la vida en las profundidades marinas. La expedición había sido organizada por el doctor Maracot, el famoso autor de Formaciones seudocoralinas y Morfología de los lamelibranquios. El doctor Maracot iba acompañado del señor Cyrus Headley, antiguo ayudante del Instituto Zoológico de Cambridge, Massachusetts, y, por el tiempo de aquel viaje, becario de Rhodes en Oxford. El capitán Howie, un navegante experimentado, estaba a cargo del barco, que contaba con una tripulación de veintitrés hombres, incluyendo un mecánico norteamericano de los talleres Merribank, de California.