H.G. Wells, padre de la ciencia-ficción, ideó un artefacto muy utilizado en el literatura contemporánea: la máquina del tiempo. Esta novela, ópera prima del autor y germen de su creación posterior, conjuga sus preocupaciones científicas con sus pensamientos sociopolíticos, promoviendo una reflexión sobre la responsabilidad humana ante el futuro. Con ella nos da la oportunidad de viajar al mañana, que ya es parte de un pasado intemporal.
Una escritura pragmática y funcional, llena de fuerza y sentido crítico, de eficaces recursos narrativos, pero poco amiga de artificios. H.G. Wells, padre de la ciencia-ficción, ideó un artefacto muy utilizado en el literatura contemporánea: la máquina del tiempo. Esta novela, ópera prima del autor y germen de su creación posterior, conjuga sus preocupaciones científicas con sus pensamientos sociopolíticos, promoviendo una reflexión sobre la responsabilidad humana ante el futuro. Con ella nos da la oportunidad de viajar al mañana, que ya es parte de un pasado intemporal.
Una escritura pragmática y funcional, llena de fuerza y sentido crítico, de eficaces recursos narrativos, pero poco amiga de artificios.

La Máquina del Tiempo

El Viajero a través del Tiempo (pues convendrá llamarle así al hablar de él) nos exponía una misteriosa cuestión. Sus ojos grises brillaban lanzando centellas, y su rostro, habitualmente pálido, mostrábase encendido y animado. El fuego ardía fulgurante y el suave resplandor de las lámparas incandescentes, en forma de lirios de plata se prendía en las burbujas que destellaban y subían dentro de nuestras copas.