El hada Roberta es la encargada de ayudar a Lucía, una niña regordeta y pelirroja que no se siente a gusto con su cuerpo y recibe las constantes burlas de sus compañeros de clase. Roberta es un tanto despistada, novata y patosa y le gusta mucho cantar. Acompaña a Lucía al colegio, al zoo, a la biblioteca y siempre acaba metiéndola en líos porque no le hace caso y actúa de forma atolondrada. A pesar de ello, Lucía le coge cariño y, gracias a su tía Dora y al hada, consigue superar sus complejos.
Es una historia divertida y previsible en la que encontramos también algunos poemas con versos simpáticos y originales que añaden gracia al libro.
El hada Roberta es la encargada de ayudar a Lucía, una niña regordeta y pelirroja que no se siente a gusto con su cuerpo y recibe las constantes burlas de sus compañeros de clase. Roberta es un tanto despistada, novata y patosa y le gusta mucho cantar. Acompaña a Lucía al colegio, al zoo, a la biblioteca y siempre acaba metiéndola en líos porque no le hace caso y actúa de forma atolondrada. A pesar de ello, Lucía le coge cariño y, gracias a su tía Dora y al hada, consigue superar sus complejos.
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El hada Roberta
Lucía tenía ocho años, el pelo color zanahoria y la cara llena de pecas. Decía su madre que estaba rellenita como su tía Dora. A Lucía le encantaba parecerse a su tía, porque siempre estaba de buen humor y tenía una risa escandalosa que se contagiaba a todos. Además, era la que mejor contaba los cuentos del mundo.
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