El hechicero de Grimpen

A lo lejos, en el acantilado, se alza el hotel Majestic, un alojamiento que recuerda en su fisionomía al cinematográfico Gran Hotel Budapest, y que va a ser pieza fundamental en la escenografía que la autora e ilustradora australiana Judith Rossell ha diseñado para la obertura de esta nueva saga. Bajo un encantador aire victoriano, la trama se sitúa en la ciudad que da nombre al título original de la novela, Whitering-by-Sea, una localidad costera en la que Stella Montgomery reside junto a sus tías, tres mujeres con las que a veces la convivencia se torna complicada. La cotidianeidad se quiebra cuando, en un descanso de sus lecturas, observa desde el invernadero del hotel como otro residente esconde un paquete en una urna. La curiosidad de la joven hace que, al caer la noche, investigue el contenido y descubra una misteriosa botella, objeto que también pretende un grupo de ladrones que irrumpe en la residencia provocando el pánico del señor Filbert, quien pedirá a nuestra protagonista que se haga cargo del mismo y proteja a toda costa el secreto, algo que desencadenará todo tipo de sorpresas y aventuras. Es difícil sintetizar los numerosos puntos destacables de esta narración Middle Grade que, a pesar de redundar en aspectos recurrentes –huérfana criada con familiares “desagradables”, investigaciones a partir de un objeto “mágico”, persecuciones por ciudad evocadora cerca del mar-; sorprende con una propuesta escrita con exquisita pulcritud, rica en descripciones fluidas y, lo más importante, tremendamente adictiva incluso para lectores de mayor edad. Contribuye a ello, sin duda, la elegante edición con tipografía en tinta azul sobre papel en tonos crema con múltiples y minúsculas ilustraciones, en pequeña escala, que serpentean entre los textos (objetos y personajes relativos a la trama, imágenes ligadas a la tradición victoriana...); convirtiendo el relato en una pequeña delicia que confiere una clase especial a esta primera aventura de la joven heroína.