El universo pictórico de Tom Schamp se expande a través de enormes escenas urbanitas pobladas con todo tipo de personajes y sucesos, entre los que destacan numerosos carteles con palíndromos y antónimos que permiten a los niños ampliar su vocabulario a la vez que participan en un juego de búsquedas. Al comienzo, en las guardas, nos presentan a una serie de personajes (animales humanizados, algunos vestidos con equipaciones futbolísticas muy reconocibles); que debemos localizar entre las calles de la ciudad. La propuesta gráfica, que viene complementada con un inmenso plano final, es sencillamente abrumadora, como si de un cuadro de El Bosco se tratase, es posible descubrir varios niveles de detalles. La editorial propone una guía didáctica para sacar el máximo rendimiento a una obra que promete muchas horas de entretenimiento, además de poseer una gran calidad artística (la habitual en los proyectos firmados por el genial autor belga), plantea una inteligente forma de descubrir nuevos conceptos. Especialmente destacables los pequeños y muy humorísticos detalles que encontramos en cada doble página (desde los pingüinos amantes de los helados hasta el pasajero que perdió el barco por los pelos...) La obra incluye un glosario final con 101 contrarios, además del citado plano, que ayuda a no perderse en esta fascinante aventura ilustrada.

El universo pictórico de Tom Schamp se expande a través de enormes escenas urbanitas pobladas con todo tipo de personajes y sucesos, entre los que destacan numerosos carteles con palíndromos y antónimos que permiten a los niños ampliar su vocabulario a la vez que participan en un juego de búsquedas. Al comienzo, en las guardas, nos presentan a una serie de personajes (animales humanizados, algunos vestidos con equipaciones futbolísticas muy reconocibles); que debemos localizar entre las calles de la ciudad. La... Seguir leyendo