Siria, Sudán, Haití… La peligrosa situación actual que viven determinados países obliga a muchas familias a abandonar sus seres queridos, casas, pueblos y ciudades como consecuencia de experiencias traumáticas. Incomprensibles guerras y otros múltiples peligros que impulsan a personas como tú y yo a buscar un futuro mejor. Y sin embargo, a menudo el destino nunca es como lo imaginaron. Recelos, racismo, poco acceso al mercado laboral o a una vivienda digna… las sociedades occidentales siembran, en algunos sectores, todo tipo de trabas impidiendo que aquellos que tuvieron que dejarlo todo puedan tener una nueva oportunidad, superar el desarraigo, y, al mismo tiempo, que los países de acogida se enriquezcan con sus aportaciones. Elise Gravel, una autora canadiense comprometida con los problemas de nuestro tiempo, escoge una narrativa desprovista de artificios para explicar de forma nítida los obstáculos que deben sortear los que tienen la mala fortuna de nacer en un punto geográfico afectado por tragedias como las descritas. Tras su trazo infantil y naif, hay colores intensos como metáfora del peligro, planos dinámicos para representar la huida, sentimientos universales para plasmar el único y verdadero motor de esas fugas forzosas: la necesidad imperiosa de vivir en paz, lejos de los bombardeos, el hambre y el odio irracional.

Siria, Sudán, Haití… La peligrosa situación actual que viven determinados países obliga a muchas familias a abandonar sus seres queridos, casas, pueblos y ciudades como consecuencia de experiencias traumáticas. Incomprensibles guerras y otros múltiples peligros que impulsan a personas como tú y yo a buscar un futuro mejor. Y sin embargo, a menudo el destino nunca es como lo imaginaron. Recelos, racismo, poco acceso al mercado laboral o a una vivienda digna… las sociedades occidentales siembran,... Seguir leyendo