A diferencia de los Montesco y los Capuleto (Romeo y Julieta) o de los Jets y los Sharks (West Side Story), por citar dos ejemplos significativos, la historia de amor entre la hija de los Amarillos y el primogénito Azul tiene, en este relato, un final feliz. Tras largo tiempo de paz y armonía, la convivencia entre ambos colores y los Rojos vive una escalada de tensión que los sentimientos nacidos entre los protagonistas transforman de nuevo en una feliz coexistencia. Gracias a Verde, fruto de su afecto, los viejos barrios de Rojópolis, Pueblo Azul y Villa Amarilla se mezclan para crear una nueva, y mucho más sugerente y divertida, ciudad. Un cuento que recuerda, por su estética, a grandes clásicos como los Barbapapá (Annette Tison y Talus Taylor); creado a partir de sencillos patrones gráficos (círculos animados, vestidos en diferentes tonalidades y con expresiones caricaturescas), en el relato subyace una importante reivindicación en contra del racismo y la intolerancia, siempre con un punto de humor.

A diferencia de los Montesco y los Capuleto (Romeo y Julieta) o de los Jets y los Sharks (West Side Story), por citar dos ejemplos significativos, la historia de amor entre la hija de los Amarillos y el primogénito Azul tiene, en este relato, un final feliz. Tras largo tiempo de paz y armonía, la convivencia entre ambos colores y los Rojos vive una escalada de tensión que los sentimientos nacidos entre los protagonistas transforman de nuevo en una feliz coexistencia. Gracias a Verde, fruto de su afecto, los viejos... Seguir leyendo