¡Vuelven el lobo Lupas y la jirafa Nanai, los divertidos y sagaces investigadores humanizados. Tras su aventura en Egipto un nuevo caso, esta vez en la Antigua Grecia, pone a prueba sus dotes detectivescas. Al llegar al Templo de las Musas descubren que la mitad de una de las columnas ha sido sustraída. Nueve musarañas tratan de mantener a flote la estructura y, sobre todo, la estética del monumento. Pero este hecho es solo un mcguffin argumental, en realidad quien necesita ayuda de verdad es el Oso Osopo, (un claro guiño al fabulista Esopo). Este escritor se muestra desolado porque le han robado todos los rollos de papiro con sus obras, un enigma apasionante que pone en acción, con sus habituales giros humorísticos, a los personajes. Las estructuras se repiten con respecto a la anterior entrega, hay curiosidades sobre la etapa histórica en la que se ambienta la trama, algunas divertidas referencias culturales solapadas, un argumento en el que se incluye uno de los cuatro elementos sublunares (esta vez el agua); y una narración trufada de ilustraciones a página completa.

¡Vuelven el lobo Lupas y la jirafa Nanai, los divertidos y sagaces investigadores humanizados. Tras su aventura en Egipto un nuevo caso, esta vez en la Antigua Grecia, pone a prueba sus dotes detectivescas. Al llegar al Templo de las Musas descubren que la mitad de una de las columnas ha sido sustraída. Nueve musarañas tratan de mantener a flote la estructura y, sobre todo, la estética del monumento. Pero este hecho es solo un mcguffin argumental, en realidad quien necesita... Seguir leyendo