Valentina es, además de un ingrediente algo enclenque para la ensalada de la bruja Baba, un auténtico tormento que va a modificar su pacífica realidad cotidiana. Desde el momento en que ha sido raptada por esta “mujer del saco” claramente inspirada en la figura de Baba Yagá, personaje muy popular en los cuentos de hadas del folclore ruso; ha desarrollado un sistema de defensa infalible. Gregorie Mabire, a quien descubrimos en La llave verde (Edelvives, 2003); despliega un atractivo proyecto gráfico, concebido con limpieza de trazo, representaciones realistas, y partiendo de un juego de sombras en las guardas, jugando con los planos, inyectando líneas cinéticas en las acciones e interacciones entre la pequeña traviesa y la, a pesar de su evidente maldad, “pobre” bruja (tenemos que compadecernos de ella) La historia está salpicada de humor y desmitifica la leyenda de ese protagonista terrorífico de tantas y tantas historias para no dormir.

Valentina es, además de un ingrediente algo enclenque para la ensalada de la bruja Baba, un auténtico tormento que va a modificar su pacífica realidad cotidiana. Desde el momento en que ha sido raptada por esta “mujer del saco” claramente inspirada en la figura de Baba Yagá, personaje muy popular en los cuentos de hadas del folclore ruso; ha desarrollado un sistema de defensa infalible. Gregorie Mabire, a quien descubrimos en La llave... Seguir leyendo