En su debut en la literatura juvenil, Ginés Sánchez remueve conciencias con una trama protagonizada por niños y jóvenes de vida fragmentada, ciudadanos inocentes que un día se vieron obligados a abandonar sus casas y familias, y cuyo día a día en un campo de refugiados contrasta con la vida acomodada que llevamos en Occidente. Una historia que podría ser perfectamente real, de esas que nos cuentan los noticieros a diario, con la que el lector se estremece a cada página consciente de que existen, lamentablemente, miles de personajes como Dibra, Isata, Wole o Samir entre nosotros. Tras una ardua labor de documentación, Sánchez construye una trama en la que subyace una crítica a nuestra sociedad, que a menudo mira hacia otro lado mientras ocurren desgracias de enorme calibre no muy lejos de la frontera. Destacan la excelente caracterización de los personajes, trazados a partir de experiencias dramáticas pasadas; la forma de reflejar, con sensibilidad y dinamismo, la relación que mantienen Isata y su amiga Dibra; o el ritmo de la narración cuando nos hace partícipes de la búsqueda desesperada que inician juntas, a raíz de la extraña desaparición de uno de los muchos niños que deambulan por el sector. La sensibilidad del autor, con un estilo tan efectivo como desnudo de artificios innecesarios, permite aportar una visión singular y cautivadora, y puso de acuerdo a todos los miembros del jurado del Premio SM Gran Angular 2022, galardón que ha alcanzado su cuarenta y cuatro edición.

En su debut en la literatura juvenil, Ginés Sánchez remueve conciencias con una trama protagonizada por niños y jóvenes de vida fragmentada, ciudadanos inocentes que un día se vieron obligados a abandonar sus casas y familias, y cuyo día a día en un campo de refugiados contrasta con la vida acomodada que llevamos en Occidente. Una historia que podría ser perfectamente real, de esas que nos cuentan los noticieros a diario, con la que el lector se estremece a cada página consciente de que existen,... Seguir leyendo