El andamiaje del álbum, editado en "formato vertical" de tal forma que la narración de ambas historias (la de la chica ligera y la chica pesada a las que hace referencia el título) confluye en la parte central, es parte indispensable de la trama y uno de los puntos fuertes que genera el impacto del relato, gestado por la ilustradora coreana, afincada en Alemania, Kirim Nam. En la parte superior se desgranan las andanzas de una joven etérea, siempre asediada por las inclemencias del tiempo, especialmente si sopla el viento. En la parte inferior las de una mujer que sí es capaz, por sus características físicas, de soportar los problemas que condicionan a la otra protagonista. La chica pesada siente fascinación por las historias de la ligera pero unas palabras desafortunadas, propias de personalidades divergentes, provoca que sus caminos terminen por separarse bruscamente. Perdidas en sus soledades, hay una posibilidad para el reencuentro. La autora exprime al máximo las posibilidades físicas del libro, aprovechando el diseño gráfico para dotar de originalidad a un cuento turbador que presenta a dos personajes redimidos en el afán de permanecer conectados.

 

El andamiaje del álbum, editado en "formato vertical" de tal forma que la narración de ambas historias (la de la chica ligera y la chica pesada a las que hace referencia el título) confluye en la parte central, es parte indispensable de la trama y uno de los puntos fuertes que genera el impacto del relato, gestado por la ilustradora coreana, afincada en Alemania, Kirim Nam. En la parte superior se desgranan las andanzas de una joven etérea, siempre asediada por las inclemencias del tiempo,... Seguir leyendo

Una chica tan ligera y una chica tan pesada

Hubo una vez una chica tan ligera y una chica tan pesada que la ligera sujetaba muy fuerte la mano de la pesada, para no ser arrastrada por el viento. La chica pesada era feliz escuchando las historias de la ligera, que alcanzaba a ver tan lejos. Por las noches, la ligera no conseguía conciliar el sueño. Tanto miedo tenía del cielo nocturno.