Caracolico posee un don, la curiosidad, y con esa actitud ante la vida es posible conquistar las más altas metas. Por eso cuando su madre le advierte de que es imposible que algún día consiga volar (tras un pequeño accidente con una tomatera); ya está pensando en intentarlo de nuevo. Atraído por el zumbido de una torre de electricidad, trepa hasta lo más alto con idénticas intenciones. En esa valiente escalada se topa con viejos amigos como el perro pastor y las ovejas, la paloma Coloma o la cigüeña Ciconia, quienes, al igual que su mamá, previenen al testarudo protagonista de los peligros que su gesta entraña. Y cuando supere este reto ya tiene pensado uno nuevo... ¿Puede algo frenar al pequeño y simpático gasterópodo disfrazado? Ideal para una sesión de narración oral compartida, el texto se estructura con patrones sugerentes para el lector en torno a una colección de encantadoras ilustraciones dispuestas a sangre y presentadas en gran formato vertical. En el argumento subyace una inspiradora reflexión sobre valores humanos fundamentales, explicitada a través de las relaciones entre los animales y la personalidad del propio personaje principal. Las autoras ya presentaron hace tiempo otra deliciosa obra también protagonizada por un animal, en este caso una galga, en la misma editorial.

Caracolico posee un don, la curiosidad, y con esa actitud ante la vida es posible conquistar las más altas metas. Por eso cuando su madre le advierte de que es imposible que algún día consiga volar (tras un pequeño accidente con una tomatera); ya está pensando en intentarlo de nuevo. Atraído por el zumbido de una torre de electricidad, trepa hasta lo más alto con idénticas intenciones. En esa valiente escalada se topa con viejos amigos como el perro pastor y las ovejas, la paloma Coloma o la... Seguir leyendo