Una tortuga un poco cobarde, que decide quedarse con su mamá Tuga en lugar de irse con sus hermanas, cambia las reglas de la naturaleza en la selva, o al menos de la naturaleza de las tortugas. La pequeña tortuga vivirá muchas aventuras, y Tuga pasará a encargarse de criar a sus futuras tortuguitas. Este sencillo pero efectivo argumento sirve para despertar en los más pequeños el interés por los animales de la selva, en un relato además muy bien escrito y agradable de leer Una tortuga un poco cobarde, que decide quedarse con su mamá Tuga en lugar de irse con sus hermanas, cambia las reglas de la naturaleza en la selva, o al menos de la naturaleza de las tortugas. La pequeña tortuga vivirá muchas aventuras, y Tuga pasará a encargarse de criar a sus futuras tortuguitas. Este sencillo pero efectivo argumento sirve para despertar en los más pequeños el interés por los animales de la selva, en un relato además muy bien escrito y agradable de leer

Las hijas de Tuga

Ciento ocho huevos. Nada menos que ciento ocho huevos había puesto Tuga en un agujero cavado con esfuerzo, una noche de luna llena, en la arena fresquita de un río. Para eso, Tuga había sido igual de hábil que otras tortugas, unos animales que ponen más o menos esos huevos cada vez que van a tener hijos. Pero ni Tuga ni otras tortugas como ella esperan cuidar a una colección de hijos tan numerosos.