Como siempre, la reconocida escritora estadounidense Mary Pope Osborne fascina con sus cuentos llenos de aventuras y, sobre todo, provistos de un toque mágico asociado a algo imprescindible: los libros. La imaginación puesta al servicio de los niños esta vez transcurre en la milenaria China, donde Jack y Annie, dos hermanos de 7 y 8 años, deben dirigirse para ayudar al hada Morgana a salvar cuentos antiguos. El lenguaje sencillo y la eficaz estructura del libro se alían para hacer de esta saga una excelente oportunidad para introducir a los niños en la lectura. Como siempre, la reconocida escritora estadounidense Mary Pope Osborne fascina con sus cuentos llenos de aventuras y, sobre todo, provistos de un toque mágico asociado a algo imprescindible: los libros. La imaginación puesta al servicio de los niños esta vez transcurre en la milenaria China, donde Jack y Annie, dos hermanos de 7 y 8 años, deben dirigirse para ayudar al hada Morgana a salvar cuentos antiguos. El lenguaje sencillo y la eficaz estructura del libro se alían para hacer de esta saga una excelente oportunidad para introducir a los niños en la lectura.

El emperador Dragón

Un día de verano, en el bosque de Frog Creek, en Pensilvania, apareció una misteriosa casa encima de un árbol. Jack, de ocho años, y su hermana Annie, de siete, treparon hasta la casa y vieron que estaba llena de libros. Jack y Annie enseguida descubrieron que la casa del árbol era mágica: podía llevarlos a los sitios que se veían en los libros. Lo único que tenían que hacer era señalar uno de los dibujos y desear estar allí.