En esta novela se consigue algo poco común: introducir la poesía como un elemento de suspense y de juego, ya que son versos lo que Claudia intercambia con quien se oculta tras el nombre de Poe. Una materia que resulta un grato descubrimiento para la joven –y seguramente para más de un lector– de la mano del ameno y atractivo profesor. El secreto que este guarda, originado en la mala experiencia vivida con una alumna, añade humanidad al personaje. La intriga bien dosificada y el buen ritmo de la narración sostienen el interés del lector hasta desembocar en la resolución del misterio, que da un giro impredecible a la historia. En esta novela se consigue algo poco común: introducir la poesía como un elemento de suspense y de juego, ya que son versos lo que Claudia intercambia con quien se oculta tras el nombre de Poe. Una materia que resulta un grato descubrimiento para la joven –y seguramente para más de un lector– de la mano del ameno y atractivo profesor. El secreto que este guarda, originado en la mala experiencia vivida con una alumna, añade humanidad al personaje. La intriga bien dosificada y el buen ritmo de la narración sostienen el interés del lector hasta desembocar en la resolución del misterio, que da un... Seguir leyendo

Nunca más

«Nunca más, nunca más, nunca más...» La frase resonaba y se multiplicaba como un eco en una caverna oscura. O más bien en un abismo negro en el que caía a cámara lenta, como Alicia. Solo que ella no iba a ningún País de las Maravillas...
–Lo siento, creo que me he equivocado de habitación.
Claudia se despertó sobresaltada. Ante ella vio a un hombre de unos treinta años, alto y atractivo, con un ramo de flores en la mano. Muy atractivo. «¿Seguiré soñando?», se preguntó Claudia. Pero no. El dolor en la pierna, sordo e insistente, la convenció de que estaba despierta.