Si por algo hay que considerar este libro de Bernos y Novi como una obra redonda es por la impresionante perfección con la que se ensamblan las labores creadoras de ambas artistas. Palabras e imágenes se tejen con deliciosa maestría, en una tierna y armoniosa danza que hechiza al lector –tanto infantil como adulto– por su sabia mezcla de imaginación y realismo, de ensoñación y verismo, de cotidianidad y fantasía. Un hermoso canto literario a la sencillez, la humildad y el amor entre niños y adultos. Si por algo hay que considerar este libro de Bernos y Novi como una obra redonda es por la impresionante perfección con la que se ensamblan las labores creadoras de ambas artistas. Palabras e imágenes se tejen con deliciosa maestría, en una tierna y armoniosa danza que hechiza al lector –tanto infantil como adulto– por su sabia mezcla de imaginación y realismo, de ensoñación y verismo, de cotidianidad y fantasía. Un hermoso canto literario a la sencillez, la humildad y el amor entre niños y adultos.

Yo, Ming


Podría haber nacido Reina de Inglaterra, tener hermosos sombreros y viajar en carroza tirada por dieciocho caballos. Saludaría a las gentes con un leve gesto de mano y sonreiría al ver los angelitos medio dormidos adornando la tarta de manzana que me servirían con el té.

Podría haber nacido Cocodrilo y crecer junto a la ribera del Nilfertiti. Me merendaría a todos los turistas barrigudos con pantalón corto y visera, cámara de fotos incluida, con que sólo posasen la punta de su pie en la orilla de mi charca.