Además de un juego repleto de escondrijos, cerraduras, puertas y ventanas, este libro es un recorrido por la vida cotidiana que reflejan las preciosas pinturas holandesas del siglo XVII. Rembrandt, Vermeer, Hooch y otros artistas flamencos guían nuestros pasos en este juego del escondite. Además de un juego repleto de escondrijos, cerraduras, puertas y ventanas, este libro es un recorrido por la vida cotidiana que reflejan las preciosas pinturas holandesas del siglo XVII. Rembrandt, Vermeer, Hooch y otros artistas flamencos guían nuestros pasos en este juego del escondite.

Escondites y secretos

Cuando acompañé a mi madre a Delft, a casa de mis primos, tenía ocho años.
Como nosotros vivíamos en el campo, me divirtió descubrir aquella ciudad tan animada.
La casa en la que vivían mis tíos, mis seis primos y los sirvientes, me pareció minúscula.
Yo, que estaba acostumbrada a jugar en los prados con total libertad, en Delft pasaba la mayor parte del tiempo jugando con mis primos en el callejón, con los sirvientes preocupados todo el tiempo de que mancháramos los suelos recién fregados.