Un perro en el grabado de Durero titulado «El Caballero, la Muerte y el Diablo»
EL CABALLERO (TODOS LO SABEMOS) VUELVE DE UNA GUERRA, LA DE LOS SIETE AÑOS, LA DE LOS TREINTA AÑOS, LA DE LAS DOS ROSAS, LA DE LOS TRES ENRIQUES, una guerra dinástica o religiosa, o quizá galana, en el Palatinado, en los Países Bajos, en Bohemia, no importa dónde, todas las guerras son fragmentos de una única guerra, todas las guerras forman la guerra sin nombre, la guerra a secas, la Guerra, de modo que el caballero vuelve de un viaje a través de uno de los fragmentos de la guerra, pero es como si hubiese recorrido todas las guerras y toda la guerra porque todas, aunque de cerca parezcan diferentes, vistas a la distancia repiten las mismas infamias y...