Fatik, hijo de una adinerada familia hindú, sufre un secuestro y una pérdida de memoria. Recogido por Harun, un malabarista errante, se encuentra envuelto en una historia que le es totalmente ajena: el encuentro con una cultura que, aun siendo la que le corresponde por motivos de nacimiento, desconoce totalmente debido a su clase social. Con un lenguaje sencillo y en clave de cuento, el autor compara las clases sociales en la India y sus relaciones de tolerancia-intolerancia, consiguiendo un relato ameno. El final nos da la clave de la intolerancia: el profundo desconocimiento de los demás. Fatik, hijo de una adinerada familia hindú, sufre un secuestro y una pérdida de memoria. Recogido por Harun, un malabarista errante, se encuentra envuelto en una historia que le es totalmente ajena: el encuentro con una cultura que, aun siendo la que le corresponde por motivos de nacimiento, desconoce totalmente debido a su clase social. Con un lenguaje sencillo y en clave de cuento, el autor compara las clases sociales en la India y sus relaciones de tolerancia-intolerancia, consiguiendo un relato ameno. El final nos da la clave de la intolerancia: el profundo desconocimiento de los demás.

Fatik y el juglar de Calcuta

La historia de nuestro héroe Fatik transcurre en Bengala, provincia del noreste de la India.
La ciudad más grande es Calcuta.
En la India, que estuvo bajo la dominación británica desde el siglo XVIII hasta 1947, la lengua inglesa sirve de medio de comunicación en la Administración, los negocios, la enseñanza media y la universidad. Las clases sociales acomodadas la utilizan normalmente y llevan a su hijos a colegios de modelo occidental.