Los relatos que componen esta antología, escritos por la autora a caballo entre el XIX y el XX, mezclan tradición e innovación y sorprenden por el planteamiento de algunas de las ideas defendidas, transgresor para la época en la que fueron concebidos. Entre los protagonistas aparecen personajes clásicos que rompen las convenciones, se rebelan contra la tradición y manejan elementos técnicos y científicos. Nesbit expresa sus convicciones contra las barreras sociales, la desigualdad y la discriminación, en especial hacia mujeres y niños. Sus dragones, los de toda la vida, aquí son víctimas de las circunstancias y la costumbre, y algunas de las aventuras en las que se ven inmersos están barnizadas con una fina capa de humor. Las historias mantienen un pulso entre el lenguaje coloquial y el literario, y alcanzan nuevos y ricos sabores gracias a la excepcional colección de ilustraciones aportadas por Rocío Martínez. Láminas que nos trasladan a otro tiempo, con claras influencias de autores emblemáticos, y que ayudan a imaginar la fisionomía de todo tipo de animales fantásticos, personajes carismáticos y reinos peculiares en donde residen príncipes y princesas que se salen de los renglones establecidos. Incluye los cuentos El Dragón de Hielo o Haz lo que te ordenen, El Dragón de Fuego o El Corazón de Piedra y el Corazón de Oro; Billy, el Rey; Los salvadores del país y El último dragón.

El imaginario colectivo está poblado de criaturas extraordinarias, animales fantásticos y dioses míticos cuyas hazañas han sido transmitidas de generación en generación. Desde la civilización griega y romana hasta nuestros días, todas las sociedades y paisajes albergan historias ocultas protagonizadas por entes fabulosos (unicornios, troles, hadas, gnomos, ninfas, monstruos de todo tipo y condición, cada uno con un nomenclatura propia dependiendo del territorio…); Los autores nos presentan, en un formato extraordinario, una colección de personajes mágicos procedentes de todos los rincones del planeta, que sirven para recuperar algunos de los iconos más famosos de la cultura japonesa, escandinava, africana, islámica, sudamericana, rusa o australiana. Cada uno retratado a través de una breve descripción, contextualizado mediante un relato y representado con brillantes ilustraciones, todas ellas modeladas con tinta china y acuarela. Un auténtico atlas con el que refugiarnos en la imaginación y la fantasía cuando los días vienen fríos. Volbeda obtuvo el premio de ilustración Fiep Westendorp Stimuleringsprijs y el Pincel de Oro por su trabajo en este proyecto.

Secuenciado con pausa, concediendo protagonismo a las estructuras delicadas, a base de viñetas entrelazadas con ramas y flores, la autora concibe un muy original cómic, claramente influenciado por la estética manga, bañado en tonalidades pastel y protagonizado por personajes fantásticos. El argumento rebosa sensibilidad e indaga en el fascinante mundo de los dragones de té, criaturas que influyen poderosamente en la vida de todos aquellos que se dedican a su cría. Greta, la protagonista, ha nacido en una familia de herreros, personajes que alcanzaron tanta importancia como los magos. En un paseo por el pueblo recoge y cuida una extraña criatura, Jazmín, que se ha perdido. Hesekiel, el dueño de la tienda de té, agradece la atención que ha tenido con el animal abriendo por siempre las puertas de su casa a la pequeña. El descubrimiento de este fascinante mundo y la aparición de nuevas amistades abren a la niña un universo sensorial hasta entonces desconocido. La historia, estructurada al ritmo de las cuatro estaciones, concluye con un imaginativo epílogo en el que se profundiza en este peculiar y ancestral arte, diferenciando cada especie y desgranando su historia. Un soplo de aire fresco en el mundo del cómic, orientado a lectores que están empezando a saborear las posibilidades de este lenguaje único, que ha sido reconocido en dos ocasiones con el galardón más importante del sector, el Premio Eisner.

Los animales que residen en el centro de acogida se encuentran solos y desamparados. Pero tienen fe en que, tarde o temprano, algún humano se hará cargo de ellos y empezarán una nueva vida. Algunos, como el dragón, son especialmente optimistas y tratan de “lucirse” cada vez que llega una visita. Pero los días pasan y su perfil no parece encajar en ninguna de las familias. Tal vez deberíamos desterrar ciertos tópicos y descubrir el verdadero encanto de estos simpáticos y legendarios ejemplares para comprender que su presencia en el hogar daría un “soplo” de aire nuevo a nuestra actividad cotidiana. Con mucho humor el texto se acompaña de una colección de ilustraciones que bromea especialmente con los distintos tipos de humanos que acuden al centro, al mismo tiempo la pareja de autores provocan la empatía del lector hacia este ser mitológico presente en todas las culturas, aquí humanizado, y garantiza una sesión de sonrisas.

Yomón tiene claro su destino. A fuerza de compartir cada momento con los fabulosos dragones ya se considera uno más de ellos. Pero para lograr la transformación definitiva, necesita visitar varios reinos, en donde conocerá las claves para conseguir que cada una de las escamas que forman su manto, donadas por los propios animales, cristalicen y le ayuden a convertirse en un miembro más de la colonia. Poco importa que su origen sea humano, o que los sentimientos de aquellos que más zozobren entre profundas contradicciones. Yomón tiene corazón de dragón, y ante eso pocas cosas pueden frenar sus ilusiones. Editado en grandes dimensiones, el formato permite disfrutar con todo lujo de detalles de las espectaculares imágenes confeccionadas por Justine Brax para dar calor a un bello texto, apadrinado por Benjamin Lacombe, que homenajea a una de las figuras míticas de la literatura fantástica. Composiciones poéticas maquetadas con exquisito gusto y que, sin duda, contribuyen a avivar el interés por estos seres misteriosos que tantas buenas historias han protagonizado en la LIJ.

De entre los libros de aventuras protagonizados por seres fabulosos El jinete del dragón es uno de los más valorados por crítica y público en los últimos años. A la calidad del texto se unen las misteriosas ilustraciones, firmadas por la propia Cornelia Funke, bocetos que nos sumergen con precisión en los pasajes que se suceden en una trama genuina que recrea, actualiza y, por momentos, supera otras grandes obras clásicas de dragones. Los personajes, sus conductas, costumbres y los hechos no cesan de resultar sorprendentes desde el principio hasta el final de una hermosa historia que narra el afán de supervivencia de uno de estos animales fantásticos ante el acoso de los humanos. Las leyendas se entremezclan con la acción, en estado puro, en el relato protagonizado por Ben, un niño huérfano y solitario que trata de ayudar a Lung en su huida. Junto a otros seres, un tanto estereotipados pero con cierto carisma, como el duende Piel de Azufre o Pata de Mosca, sortearán todo tipo conflictos en su afán por encontrar un lugar seguro.

Han depositado un misterioso paquete en la puerta de la casa de nuestros amigos. Al comprobar su contenido: ¡sorpresa! Un huevo, algunos objetos y un manual que nos anuncia que hemos sido seleccionados para convertirnos en guardianes de dragones. Esto implica una aventura apasionante al mismo tiempo que una gran responsabilidad. Con la ayuda de una sencilla, pero efectiva, ingeniería de papel, vamos conociendo las diferentes especies de las que se tiene constancia a nivel mundial, los cuidados básicos que exigen estos animales, algunas de las más famosas obras literarias que han recogido la presencia de criaturas similares, un listado de guardianes (y cazadragones) célebres, e incluso un pequeño tratado de anatomía o la guía práctica definitiva para volar con seguridad sobre ellos. Contiene todos los elementos necesarios para ilusionar y formar a los pequeños amantes de la fantasía ante el reto que se presenta. Ahora solo queda esperar a que rompa el cascarón… 

En la escuela nos enseñan a memorizar, aprendemos conceptos importantes y lecciones inolvidables pero, con frecuencia, se olvidan de algunas nociones fundamentales y de interés para cualquier niño con un poco de imaginación. Por ejemplo, ¿cómo encender un dragón apagado? Menos mal que tenemos un amigo que comparte las instrucciones precisas para devolver a este animal su característica llamarada. De otra forma, ¿qué sería de algunos cuentos? Entre vivos colores, variados y divertidos juegos tipográficos de grandes dimensiones y una colección de ilustraciones que describen todo el proceso, descubrimos a la pareja de protagonistas: un afligido dragón sin fuego en su boca y un niño ingenioso que parece tener la clave para remediar el asunto. ¿Preparado para disfrutar con la “aventura”?

En un país lejano, un par de niños pasean por el bosque después de terminar sus labores diarias. Los misterios que el bosque encierra alimentan su imaginación y sus juegos infantiles. En uno de sus paseos se encuentran con un huevo gigantesco, el cual llevan a casa. Los chicos se esmeran en cuidarlo hasta que un día el cascarón se rompe y de él nace un dragón. Un relato en el que surge una amistad entrañable entre una niña, un niño y un pequeño dragón. El desenlace, aunque sobrecogedor, no deja de ser esperanzador. Las ilustraciones muestran una flora y una fauna que recuerda a pueblos latinoamericanos y asimismo crean un contexto poco explorado para enmarcar a estas criaturas míticas, que adoptamos del mundo oriental

El pequeño dragón Strokkur se está haciendo mayor y, para seguir con la tradiciòn, su padre le pide que queme unas cuantas casas del pueblo situado al otro lado de las montañas. Pequeño dragón no entiende por qué tiene que hacerlo, pero se pone en camino dispuesto a intentarlo. Una serie de acontecimientos inesperados harán que no se cumpla la tradición, ¿o quizás si? Divertido, entrañable, sin duda, a los pequeños lectores les gustará compartir esta historia y convertirse en amigos de Strokkur.