El movimiento bookstagrammer lleva unos años revolucionando las redes en el campo de la prescripción de lecturas. Su perfil corresponde, generalmente, al de mujeres de entre 18 y 26 años, con amplio bagaje lector, que expresan sus emociones respecto a las últimas historias que han disfrutado a través de creaciones fotográficas muy personales en las que aparecen elementos de la trama, merchandising sugerente...
Los escenarios varían: la habitación de la protagonista -con su estantería de libros-, un enclave en la naturaleza... Y los elementos de cada instantánea también: a veces solo el libro y los objetos vinculados, otras veces con ellas mismas como protagonistas e incluso, en ocasiones, con invitados especiales (otros bookstagrammers o amigos)
Sin embargo, uno de los más populares es, curiosamente, un chico. Para muchos una referencia o un incentivo a la hora de dar los primeros pasos creando una cuenta en esta red social. Se trata James Trevino, un joven residente en Rumanía que realiza creaciones artísticas en torno a la literatura realmente sorprendentes.
Su cuenta es una fiesta para los sentidos a través de la cual demuestra su pasión por la lectura y los libros como objeto físico. En activo desde 2016, en las entrevistas confiesa que Harry Potter provocó esa adicción por las buenas historias (cuando tenía 13 años). Poco a poco fue enseñando a sus seguidores las obras que iba disfrutando (la primera fue Canción de hielo y fuego, de G. R. R. Martin); y terminó por convertirse en un fenómeno viral.
Hoy recomienda lecturas de todos los géneros y diseña escenarios fantásticos a partir de la disposición de sus libros (generalmente en el suelo, con planos cenitales, aunque alterna gran variedad de técnicas y recursos); muchas de las propuestas son patrocinadas por las editoriales, aunque eso no le ha restado independencia.
La evolución en su estilo es evidente, un proceso en el que ha tenido mucho que ver la interacción con otra conocida bookstagrammer, Elizabeth Sagan, otra cuenta especialmente recomendable. Ella aparece en muchas de las composiciones que James esboza en su cuenta.
Un paseo por la misma vale más que muchas explicaciones... Puedes ver su perfil aquí.
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