El ilustrador Emilio Urberuaga (Madrid, 1954) afirma que su vida de ilustrador ha sido mucho mejor de lo que esperaba, ya que después de treinta años dedicado a la profesión, le gusta cada día más su trabajo.

Aunque no se considera escritor, ya que a su juicio solo hace libros con imágenes a los que pone texto, asegura que no le parece una rareza ilustrar –puntualmente– sus propios textos y explica que descubrió esa posibilidad cando asistió por primera vez a la feria del libro infantil de Bologna, al comienzo de su carrera. Allí se dio cuenta de que en especial en el mundo anglosajón era muy frecuente que muchos ilustradores hiciesen sus propios textos o ilustraran adaptaciones de los clásicos. Solo apunta que la experiencia lo hace "ser más humilde y más comprensivo con las dificultades de los autores".

Respecto de su faceta como profesor en talleres de ilustración, Urberuaga asegura que se siente muy a gusto con ellos porque aparte de estar activo y saber lo que están haciendo los más jóvenes, cree que es una forma de compensar lo que ha recibido.

El autor de la imagen de Manolito Gafotas, el personaje creado por Elvira Lindo, no comparte la idea de que ilustración y texto tengan valores distintos y por tanto sostiene que están en el mismo nivel e insiste en que como se trata de un todo no se puede hablar de qué se añade, ya que para él "es un cuerpo indisoluble".

Entre sus obras favoritas destaca La selva de Sara (1991), porque es el primer libro en el que hizo el texto y estaba dedicado a su familia y también Hilda, la oveja gigante, porque auque no está publicado en España fue el primero para el que hizo el texto en el ámbito internacional y que, al margen de su calidad, le dio "un empujón interior".

Urberuaga ha sido galardonado con el Premio Nacional de Ilustración de 2011 por el conjunto de su obra. Ha trabajado en diferentes campos de las artes plásticas como el grafismo, el grabado o la estampación.

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