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Carmen Diana Dearden y Verónica Uribe: Ekaré nació con vocación universal

 

Carmen Diana Dearden y Verónica Uribe, editoras y fundadoras de Ekaré, la editorial nacida en Venezuela en 1978 y actualmente con sedes en Chile y  España, afirman que en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, que es la especialidad de este sello, "las novedades del mundo digital aún no han llegado a competir con el tipo de libro que hacemos, sobre todo porque no hay muchos ebooks o apps tan buenos en nuestro nicho". En respuesta a un cuestionario sometido a las editoras por Canal Lector, admiten que Facebook y blog son instrumentos muy importantes de promoción y difusión para Ekaré aunque individualmente cada una tenga una aproximación diferente a las nuevas tecnologías.

Canal Lector: Resultaría interesante conocer cómo fueron sus inicios en este mundillo y qué diferencias sustanciales aprecian entre la realidad editorial de entonces (años setenta) y la actual.

Carmen Diana Dearden y Verónica Uribe: Ekaré surgió de la experiencia en bibliotecas públicas del Banco del Libro. En ese entonces la producción editorial de libros para niños en América Latina era escasa y de poca calidad. Y no se encontraban buenos libros para niños que reflejaran nuestra identidad cultural. Así que nos propusimos hacer libros de calidad con las historias, los personajes y los paisajes de nuestro entorno. Pero no queríamos ser una editorial localista, por lo que intentábamos que nuestros libros tuvieran un alcance universal, por una parte, y por otra, iniciamos desde un comienzo la búsqueda de obras de los mejores autores e ilustradores de otros mundos para traducirlos al castellano. La idea era tener un catálogo que abriera los ojos hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Y cuando decimos que Ekaré surgió de la experiencia del Banco del Libro nos referimos no solo a las bibliotecas, sino a la cultura institucional del Banco del Libro que heredamos: un gran sentido de responsabilidad por la promoción de la lectura, un estilo de trabajo democrático y algo caótico.

Verónica y yo pudimos hacer pasantías en editoriales de EE.UU. No sabíamos nada de editar, pero ambas veníamos de colegios de tradición inglesa, así que crecimos entre hermosos libros y queríamos hacer algo parecido. Fue una etapa maravillosa porque todo estaba por hacer.

En ese entonces éramos una de las pocas editoriales de habla hispana haciendo libros de imagen o ilustrados para edades de 0 a 6 años. Hoy en día hay muchas editoriales  pequeñas y medianas haciéndolo y el libro de imagen está mucho más aceptado. Esa es la gran diferencia: la magia del libro álbum ha atraido a muchos y la competencia es tremenda, pero bienvenida.

¿Qué criterios han establecido en su sello a la hora de conformar la línea editorial? Da la impresión de que –con la elección de ciertos títulos– han tratado de elaborar un fondo atemporal de lecturas, una biblioteca de títulos esenciales de literatura infantil y juvenil…

Esa era precisamente la idea. Hacer libros que perduraran en el tiempo. Nuestros títulos, más que best sellers son long sellers. Por eso tardamos tanto en seleccionar las traducciones y en hacer los originales (algunas veces demasiado). Vamos paso a paso, aunque ha habido algunas excepciones de libros que estuvieron listos en seis meses, como El contador de cuentos, de Saki, ilustrado Alba Marina Rivera, que llegó a nuestras manos casi terminado así que el trabajo editorial fue más sencillo. Pero generalmente nos tomamos entre uno o dos años y muchas veces, más aún.

¿Podrían relatar una anécdota que recuerden especialmente de este tiempo como editoras?

(Carmen Diana) Recuerdo que como no teníamos idea de dónde nos estábamos metiendo, creíamos que todo era posible, y nunca nos paramos a dudar mucho. Sin embargo, recuerdo un momento de pánico durante mi pasantía editorial en EE.UU. frente a ese vasto mundo nuevo que estaba tratando de asimilar. Así se lo dije a Walter Lorraine, director editorial de Houghton Mifflin en ese entonces,  y él me calmó diciendo  “No sabes la suerte que tienes, aquí todo está hecho. Ustedes tienen todo por hacer”.

También recordamos que una de las primeras traducciones que quisimos publicar fue Donde viven los monstruos, pero no teníamos idea de cómo pedir los derechos. Y así, este maravilloso libro pasó bajo nuestras narices, pero el más experimentado olfato de la gente de Alfaguara, hizo que fuese publicado por esta editorial.  

¿Cómo ha evolucionado su filial europea (radicada en Barcelona desde 2002)? ¿Qué diferencias aprecian con Ekaré Venezuela y Ekaré Chile?

Ekaré Europa ha evolucionado muy bien, porque tiene un equipo fabuloso de gente que antes trabajaba en Ekaré o en el Banco del Libro en Venezuela y los seguimos cuando emigraron a Barcelona. Hoy en día es una parte esencial de Ekaré. Lo mismo en Chile, tuvimos la suerte de seguir a Verónica Uribe, que regresó a su país. Hoy en día Ekaré Sur es absolutamente autosuficiente y autónoma y otra pieza esencial para Ekaré.

Son mercados muy diferentes.  España es un mercado de librerías, Chile de instituciones y licitaciones, como el resto de América Latina. Y las imágenes que gustan en Chile son muy diferentes a las que gustan en España, excepto por ciertos libros que tienen un atractivo universal, libros muy bien logrados, como Vamos a cazar un oso, de Michael Rosen, con ilustraciones de Helen Oxenbury, o Margarita, de Rubén Darío, con las ilustraciones de Monika Doppert; La sorpresa de Nandi, de Eileen Browne, o Conejo y sombrero, de Verónica Álvarez, con ilustraciones de Mariana Ruiz Johnson.

¿Qué perspectiva –respecto del futuro de la edición– vislumbra su editorial? ¿Cómo valoran el auge de la autoedición en su campo, la LIJ?

(Carmen Diana) Aunque veo que hay un auge en este tipo de edición, no hay mucha autoedición en nuestro campo, que yo conozca. Pero me parece muy bien que los autores e ilustradores tengan esa posibilidad, especialmente los noveles.

Claro siempre es bueno tener el ojo de un editor para ayudar, pero eso de que ahora las grandes casas editoriales están abriendo páginas de autoedición me parece un oxímoron total.

Espero que el libro en papel, por lo menos los tipos de libros que nosotros hacemos, tenga un largo futuro.

¿Cómo han recibido las novedades del mundo digital, desde el libro electrónico hasta el moderno sistema que facilita la comunicación con los lectores (Facebook, Twitter, blogs…)?

Las novedades del mundo digital aún no han llegado a competir con el tipo de libro que hacemos, sobre todo porque no hay muchos ebooks o apps tan buenos en nuestro nicho.

Facebook y blog son instrumentos muy importantes de promoción y difusión para nosotros.  

(Carmen Diana) Twitter en menor grado (o quizás digo esto último porque lo uso poco, me aturde).

¿Han cambiado los lectores respecto a los que había cuando fundaron la editorial? ¿en qué sentido? ¿es más exigente el lector actual?

(Carmen Diana) Creo que los lectores son menos exigentes hoy en día. Por lo menos en Venezuela, debido al retraso en la educación. En España me da la impresión que cada vez van más hacia el libro juego o de diseño y menos hacia las buenas historias, pero puedo estar equivocada. Espero estar equivocada.

(Verónica) Los índices de lectura en Chile son muy bajos, pero ha habido muchas iniciativas y programas enfocados a los niños  en edad preescolar. Esperamos que den frutos muy pronto.

¿Cómo valoran globalmente (trato con los autores/ilustradores, con el público lector, la distribución…) su experiencia como editoras?

(Carmen Diana) Ha sido fascinante. Siempre quise ser editora y también navegante. Editar para mí es un poco como navegar: fijas tu rumbo  y sigues adelante contra viento y marea, y finalmente llegas a puerto, algunas veces un poco accidentado, pero la mayoría del tiempo con buen viento, y en todo caso siempre con gozo.

(Verónica) Editar no estaba en mis planes hasta que llegué a Venezuela y Virginia Betancourt (quien fue el motor principal detrás del Banco del Libro y su directora por muchos años) nos puso a Carmen Diana a mí juntas para fundar Ekaré. Hoy en día no me imagino hacer otra cosa: concebir un proyecto desde sus inicios, a veces simplemente una idea, y verlo transformarse en algo concreto con el aporte de muchas mentes creativas, es estupendo. Y a pesar de todas las angustias, que las hay muchas, no conocemos ningún editor arrepentido de su oficio.

Ediciones Ekaré es una editorial que publica libros para niños y jóvenes. La palabra ekaré fue tomada de la lengua de la etnia Pemón que habita en el sureste de Venezuela. Significa narración nueva o verdadera y, en un contexto más amplio, simplemente historia o cuento. Carmen Diana Dearden es fundadora y actual presidenta de Ekaré. Es editora y traductora de libros para niños. Como autora también ha publicado diversos títulos para niños y jóvenes. Verónica Uribe. Desde 1978 ha ocupado en Ediciones Ekaré diversos cargos: editora, directora editorial, directora. En la actualidad representa a la editorial en Chile y continúa trabajando como editora. Es autora de varios libros para niños y jóvenes.

 
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