Un memorable título de la colección Buenas Noches. ¿Quién no se ha despertado a media noche con unas ganas incontrolables de orinar y aún así no se decide a salir del suave confort de su cama mientras sus párpados se cierran y lo invitan a continuar soñando? En la duermevela se tejen historias entre la realidad y los sueños y es así como en este libro cargado de humor, las ganas de orinar se vuelven un motivo para relatos inesperados en los que compañeras de escuela, personajes de fábulas y animales del bosque invitan al protagonista a aliviarse antes de llegar al baño. El final es tan fabuloso y refrescante como divertida y chistosa es su historia. Recomendado para todas las edades.

Cuando llega la noche y la luna y las estrellas aparecen en el cielo, es hora de dormir y todos nos damos las buenas noches. Este cuento es sobre el ritual que celebra una familia a diario para irse a la cama, todos se van despidiendo mientras van apagando las luces. Pero los miedos infantiles nocturnos llegan y Pablo, el hijo mayor quiere dormir en la cama de sus papás. Con buenos razonamientos y con un cuento, logran que duerma solo, junto a su mascota, a la que arropa y duerme con el relato de un cuento donde el protagonista era un niño que no quería dormir en su cama. Las ilustraciones hacen que el pequeño lector se identifique con el protagonista

En un mundo de fantasía, por momentos onírico, se nos presenta Telémaco Pérez Punch, sensible capitán de barco que quiere navegar la noche, y que se conmueve hasta las lágrimas cuando la belleza lo subyuga (así, llora conmovido cuando ve a su secreta amada, Lorena Leiva, lavarse los dientes). Junto a Pérez Punch y su vecina Lorena, (que se sabe amada y ama, y que un día, al fin, decidirá tomar el toro por las astas) aparece Tiberio, un chico enamorado de las aves, niño-pájaro que persigue el silencio que transmite un mirlo blanco, porque, de alguna manera, está escapando de los gritos que se han enseñoreado de su familia.
Metafórica, dulce y profunda, Navegar la noche es una novela que no necesita de grandes peripecias para atrapar al lector, y para emocionarlo.

En Duerme, niño, duerme Laura Herrera apuesta por transformar una canción de cuna inglesa y adaptarla al mundo chilote. El resultado, en verso simple y directo, es entretenido y se sigue con facilidad. Como todos los cuentos para ir a dormir, éste intenta dar tranquilidad a un niño que se preocupa por el fin del día y la llegada de la noche.  Las ilustraciones se mueven con relativa libertad en relación al texto, lo que multiplica las capas de sentido y enriquece el texto.

Este cuento de tapas muy duras para los más pequeños y con troqueles, va creando una expectación continua en el pequeño lector. Las ilustraciones son muy sencillas,  predominando el color negro, donde un pequeño ratoncito, muerto de miedo, tiene que ir atravesando el bosque para ir a casa en busca de su familia.
Cada página recrea escenas del bosque nocturno, resaltando de forma muy original los ojos de los diferentes animales que se pueden encontrar en una oscura y temible noche.

Divertida propuesta que recrea uno de esos momentos de inseguridad por los que pasan los niños antes de conciliar el sueño. Recrea el diálogo que se establece entre un niño y el monstruo que vive bajo de su cama, el cual intenta impresionarle y asustarle haciéndole creer que es el más temible y aterrador. La situación da un giro cuando el pequeño describe las espantosas características de su padre, el héroe que acabará aniquilando al terrible ser. Invertidos los papeles, el asustadizo monstruo desaparece y el niño puede dormir tranquilo. Cuatro colores narran gráficamente, y de forma sencilla y humorística, esta historia sobre los temores infantiles.

El miedo a la oscuridad y a los monstruos es uno de los más comunes en las primeras etapas. Esto mismo le ocurre a Mateo, el protagonista de esta historia. A lo largo de la noche, cada vez que el reloj da la hora, un monstruo aparece en la habitación para comérselo. El niño se inventará toda clase de artimañas pero solo cuando se enfrenta a su miedo consigue que el monstruo desaparezca. Las ilustraciones que acompañan al texto ayudan a crear una atmósfera de miedo y a que lector se identifique con el protagonista.

La hora de ir a dormir es un momento clave en la vida de los más pequeños que aparece representado en muchas historias para niños. En esta ocasión, la autora nos habla de Irene, una niña que no es capaz de dormir porque tiene la cabeza llena ideas. Para deshacerse de ellas y conciliar el sueño, Irene prueba distintas fórmulas, en su caso relacionados con su capacidad creativa, que se canalizan en forma de dibujos.

Tomás y su madre se dirigen una noche a su casa por un camino rural. Una serie de animales se cruzan en su camino, nunca les había ocurrido nada igual. Cuando se lo cuenten a su padre, no los creerá. Con este breve cuento, el pequeño lector tendrá la oportunidad de viajar en coche por una carretera local que transcurre por un bosque. Es de noche y contemplará cómo muchos animales se cruzan en su camino. La madre no entiende cómo puede haber tantos animales en esa carretera y está algo asustada, pero el protagonista va encantado, viéndolos pasar. La psicología de ambos, madre e hijo, está bien dibujada. La razón del curioso desfile se desvelará al final.

Imaginativa novela, que cuenta las peripecias de Tom Long, un niño que se aburre en casa de sus tíos Alan y Gwen, y que por ello inventa un mundo de fantasía. ¿Se lo inventa o es un mundo real? Cuando el reloj da las trece en lugar de las doce, un jardín de fantasía se abre a la imaginación de Tom, que juega en él con Hubert, James, Edgard y, sobre todo, con la niña Hatty. Pero en el último instante, cuando ya está por volver a su casa, la vecina, la señora Bartholomew, le confiesa que...

Si los koalas lo hacen quietos y en silencio, las jirafas de pie y las ballenas en movimiento... ¿cómo crees que dormirán los elefantes o los pingüinos? Como espectador, el búho mirón nos va mostrando las diferentes maneras de dormir de los animales. Pero ¿qué pasará cuando todos despierten? Un breve relato y unas magníficas ilustraciones hacen de este libro un excelente aliado para el momento del sueño.

La hora de irse a dormir es para muchos pequeños un momento de miedos y angustia. Esto mismo les pasa a los protagonistas de este libro, Plip y Charly, que llegada la hora de dormir no quieren apagar la luz porque tienen miedo a todos los ruidos que escuchan. Cuando se arman de valor y van a descubrir de dónde vienen los ruidos se encuentran cada vez a un personaje distinto que se va sumando a los protagonistas para ir descubriendo uno a uno los distintos ruidos de la casa. Un álbum que trata este tema tan común de una manera divertida y que muestra cómo a todos nos asusta lo desconocido. Las ilustraciones evocan a la perfección el ambiente de la noche y el temor de los personajes.

Después de disfrutar con los libros del Otoño, del Verano, de la Primavera y del Invierno, la autora nos presenta este divertido álbum. En la ciudad se ha hecho de noche y sus habitantes viven numerosas aventuras que el lector podrá descubrir a través de las ilustraciones a doble página. Una propuesta con la que el niño puede jugar a seguir el itinerario de un personaje e inventar nuevas historias; por ejemplo, conocer a quien va todos los años a la Noche de Libros o buscar a Linus, que hoy duerme en el jardín.

Este álbum ilustrado trata temas como el miedo y la capacidad imaginativa de los niños como arma para vencer aquello que les asusta y paraliza: la oscuridad. La niña protagonista cuenta a su madre aquello que ha imaginado, y la madre la escucha. Una historia en la que fantasía y realidad se entremezclan con la naturalidad con que suelen hacerlo en el mundo infantil, narrada a través de un texto muy filosófico que dará pie para la reflexión. Las ilustraciones, muy llamativas, invitan a mirarlas una y otra vez.

La hora de acostarse es un reto para muchos padres e hijos y en la granja Kikirikí sucede lo mismo. Ha llegado la noche y el lugar queda en silencio, parece que todos se han ido a dormir. Pero, de repente, mamá oveja empieza a sentir ruido... y descubre a sus ovejitas dando saltos y jugando. Una propuesta llena de color y de personajes con los que los niños simpatizarán y que les servirán para recordar los números. Además, el libro incluye una sorpresa final en forma de ovejita en tres dimensiones con la que el niño puede recorrer el cuento.

De la creadora de Persépolis llega una divertida historia sobre el miedo nocturno dirigida a los más pequeños. Utilizando un léxico sencillo acompañado de unas ilustraciones llenas de color y cercanas al lector, esta obra presenta a una pequeña niña que debe enfrentarse a tres horribles monstruos que la acosan cada noche. Meter la luna en su habitación es la solución encontrada para ahuyentarlos, pero ello trae consecuencias para el resto de la ciudad, con lo que deberá buscar otra medida para afrontar su miedo nocturno.

Groucho es un pequeño gato alegre, simpático y atrevido. Esta noche ha decidido dar uno de los pasos más importantes de su vida: aventurarse solo en los brazos oscuros y misteriosos de la señora noche. Sus padres están aterrorizados pues la ciudad está llena de peligros. Groucho pasará por varios momentos: descubrimiento, diversión, alegría, riesgo, sorpresa, miedo, duda, amistad y ¿tal vez amor? Relato de descubrimiento, crecimiento personal, aprendizaje de la vida y adaptación a los cambios y novedades que nos trae el paso del tiempo y la maduración. De un modo original, nada paternalista y salpicado de chispeante humor, Pommaux le habla al lector de las debilidades de los adultos que muchas veces son quienes se muestran más reacios a aceptar que sus hijos no les necesitan tanto como ellos quisieran y que están mucho más preparados de lo que creen para afrontar las adversidades y problemas cotidianos.

Los niños se acuestan y comienzan a soñar. Desde ese momento lo irreal parece posible y lo verdadero tan solo una fantasía: los niños y sus padres actúan de un modo extraño mientras se mecen en los brazos de la noche. Cuando llega el día sólo la criatura extraña sabrá lo que realmente ha sucedido mientras la ciudad dormía. Divertido relato en el que escritor e ilustrador entrelazan hábilmente su obra para crear una atmósfera literaria y visual donde lo onírico sirve para plantear numerosas preguntas que el lector deberá responder dejando volar su fantasía. En muchos momentos, tenemos la sensación de que Sendak y John Irving nos acompañan en la lectura, tal vez porque texto e imágenes evocan la obra de estos autores. Delicioso canto al poder de la ingenuidad, la fantasía y la infancia soñadora.

Este es un libro muy peculiar, diferente a los que estamos acostumbrados a ver. Su apariencia es extraña, revestido de color negro y con contenidos que, a simple vista, no entendemos nada. Pero... si apagamos la luz, encendemos una lámpara pequeña o una linterna y enfocamos cada página veremos cómo las figuras recortadas se proyectan en la pared. Las sombras dan vida a la historia. Un ruido en el jardín, de noche, todo está oscuro... ¿Qué ocurre?  Editado en cartoné y troquelado, la propuesta es un auténtico teatro de sombras en el que el espectador-lector no entenderá completamente el significado de la historia hasta que no genere, con una luz, las figuras de los protagonistas. Una original propuesta para compartir, con la que disfrutarán pequeños y mayores dando vida a "personajes" que posibilitan la creación de nuevas historias.

En la tierra de los guarao, donde el gran río Orinoco desemboca en el océano, siempre brillaba el sol y por lo tanto no existía la noche. Pero nació una niña muy, muy curiosa, a la que llamaron Guauta. Y cuando llegó al poblado un hombre misterioso con una extraña bolsa, Guauta, enredando aquí y allá, hizo que todo cambiara. Proveniente del patrimonio de los antiguos relatos de los orígenes, este cuento venezolano adquiere un dinamismo renovado gracias a la frescura de esta versión, que pone el acento en la gracia y la vivacidad de la protagonista infantil y destaca los detalles más sugerentes en beneficio de la ambientación. En sintonía con el texto, las ilustraciones, de colores intensos y trazo estilizado y dinámico, aportan al álbum un aire moderno, vitalista y divertido.

Una noche sin luna, cinco hombres caminan por el campo cuando, de repente, se tropiezan con «un algo muy raro». Cada uno de ellos piensa que se trata de algo diferente. Un árbol, una trompeta o una puerta, son algunas de las posibilidades. Pero al llegar el día, con la luz del sol, todos ellos se dan cuenta de que ninguno tenía razón. Cuento tradicional sufí que habla de la naturaleza del conocimiento utilizando la metáfora del día y la noche. El relato recuerda la importancia de ver las cosas en su totalidad para poder juzgarlas. Con una edición muy especial de ilustraciones serigrafiadas sobre papel hecho a mano, este libro es un regalo muy recomendable para cualquiera que desee recuperar la sabiduría de los cuentos de antaño.