El pasado 6 de noviembre, la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI), daba a conocer el listado de ganadores en las distintas categorías de uno de los galardones más prestigiosos dentro del panorama de la Literatura Infantil y Juvenil. Rafael Salmerón obtuvo el correspondiente a Creación Literaria, ex aequo con la escritora gallega Ledicia Costas.

Rafael nació en Madrid en 1972. Estudio Ilustración y Diseño en la Escuela de Artes Nº10 y en el Instituto Europeo di Design y Ciencias de la Educación (Grado en Educación Primaria) en la facultad de La Salle.

Como explica desde su página web, comenzó a dar los primeros pasos en el mundo de la literatura infantil y juvenil como ilustrador en 1994; desde el año 2001 dedica la mayor parte de su tiempo a escribir sus propias historias. Relatos emocionantes, duros, divertidos, tristes, alegres. Historias de aventura, de amor, de guerra, de conflicto, de amistad, de denuncia y, sobre todo, de esperanza. Historias de vida, al fin y al cabo. Unas historias que quiere compartir con los lectores a través de las páginas de los libros que tanto disfruta escribiendo e ilustrando.

Sobre el premio, su obra, las principales influencias y otras cuestiones charlamos con el autor, que tuvo la gentileza de contestar a nuestras preguntas desde su domicilio. Seguro que podemos extraer interesantes recomendaciones y conocer un poco más de cerca a uno de los escritores e ilustradores de LIJ más interesantes del panorama actual.

Recientemente han sido galardonado con el Premio Lazarillo, en el apartado Creación Literaria, ex aquo con Ledicia Costas. Imaginamos que se trata de una motivación extra para abordar el trabajo, un reconocimiento a tu trayectoria aunque se refiera especialmente a la última obra. Si echamos la vista atrás, ¿cómo fueron tus comienzos? ¿Siempre quisiste escribir y dibujar tus propias historias?

Comencé mi andadura en la LIJ como ilustrador, en 1993, mientras terminaba los estudios de Ilustración y Diseño. Sin embargo siempre estuve interesado en escribir mis propias historias, y en el año 2002 publiqué mi primer libro como co-autor, junto a Concha López Narváez. Y en el año 2011, con la novela juvenil La cometa de Noah, comencé mi carrera en solitario. 

Analizando esa camino, ¿qué obras tienen para ti mayor valor sentimental?

Tengo una relación especial con cada una de mis obras; pero se podría decir que La cometa de Noah es el trabajo en el que he tenido más implicación emocional. Sin embargo la novela que considero más personal está todavía en proceso de publicación.

Has ilustrado historias de diversos géneros, ¿te planteas abordar alguno nuevo en el futuro? ¿Estás interesado, por ejemplo, en sondear el mundo del cómic?

Sinceramente ahora estoy mucho más centrado en mi trabajo como escritor que como ilustrador. Así que, para mi, la ilustración se ha convertido más en una consecuencia del proceso de creación que en un objetivo en sí misma.

¿Cuáles son las técnicas con las que te sientes más a gusto?

Excepto mi primer trabajo, el resto de los setenta libros que he ilustrado han sido realizados con acuarelas. Para mi la acuarela es la técnica perfecta, tanto por los resultados que se consiguen con ella como por el proceso creativo en sí mismo.

Hablemos de tu última propuesta, No te muevas musaraña ¿A qué edad está dirigida? ¿Cómo surgió este proyecto?

Es una novela juvenil aunque, en mi opinión, cualquier adulto puede leerla sin sentir que la trama o los sentimientos de los personajes le son ajenos. Escribí esta novela como una consecuencia de un trabajo anterior, 27 latidos, una historia en la que sentí especial implicación al abordar un personaje femenino. Así que, en No te muevas musaraña quise ir más allá. Como hombre adulto plenamente concienciado con la igualdad entre géneros y además como padre de una hija de 10 años, me interesaba especialmente "ponerme en los zapatos" de una chica que se encuentra en la frontera entre la adolescencia y la edad adulta, y que tiene que enfrentarse a un mundo en el que el hecho de ser mujer en una sociedad dominada por los hombres no es tarea fácil.

España cuenta con una admirable nómina de ilustradores que triunfan por todo el mundo, además hay importantes colectivos que dignifican y defienden la profesión ¿cómo ves tú el panorama actual en este campo "desde dentro"?

Por un lado estoy completamente de acuerdo con el hecho de que hay magníficos ilustradores en este país, sin embargo no soy demasiado optimista respecto del momento actual que estamos viviendo. Probablemente debido a que, con la normalización del uso de técnicas infográficas que facilitan el trabajo, el número de ilustradores ha aumentado exponencialmente, y no en todos los casos eso ha supuesto un aumento de la calidad. 

Suponemos que se afronta de muy distinta manera un proyecto cuando está escrito por ti mismo que cuando se colabora con otro autor o autora. ¿Podrías destacar alguno de los tándems que has protagonizado a lo largo de toda tu carrera por la especial conexión que hubo entre los protagonistas?

Por supuesto tengo que mencionar en primer lugar a Concha López Narváez, que, además de ser una estupenda y consagrada escritora, es mi madre. Trabajar con ella no siempre resulta sencillo, debido a que nuestros estilos y algunos de los temas que nos gusta abordar no son siempre compatibles, pero es siempre enriquecedor. Y como ilustrador recuerdo con especial satisfacción la colaboración con el escritor Emilio Calderón en su obra El cielo encendido y otros misterios.

¿Quiénes son tus referentes en el campo de la ilustración y en la LIJ?

En el campo de la ilustración tengo que decir tres nombres: Quentin Blake, Tony Ross y Emilio Urberuaga. Los tres han hecho de la sencillez, la ternura y la expresividad un arte con mayúsculas. Y en la LIJ, además de Concha, hay otros tres nombres españoles que son imprescindibles: Gonzalo Moure, Ricardo Gómez y Alfredo Gómez Cerdá. Y de generaciones más jóvenes David Fernández Sifres y Roberto Aliaga.

¿Existe algún escritor e ilustrador de las nuevas generaciones al que sigas especialmente con interés o al que consideres una influencia?

Escritores ya he mencionado dos en la anterior pregunta, e ilustradores mencionaré también dos nombres que me parecen especialmente interesantes: Alicia Varela y David Pintor.

¿Podemos pedirte que nos recomiendes un libro fundamental en el campo de la literatura infantil y juvenil?

Habría muchos títulos; pero hay uno en especial que quiero señalar: Palabras de Caramelo, de Gonzalo Moure. Un delicia que no puede dejar indiferente a ningún lector.

Conoce la obra de Rafael Salmerón en Canal Lector.

Puedes descubrir también las de los escritores e ilustradores citados pinchando en los enlaces.

[Fotos: CEIP Alovera; CPR El Chaparral]