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El equipo de profesionales que desarrolla su labor en la Biblioteca Pública de Oakland, en California (EEUU); está desarrollando un divertido proyecto que consiste en recopilar todos los (a veces inverosímiles) objetos que encuentran en los libros que devuelven sus usuarios, para posteriormente realizar una digitalización de los mismos y ofrecer a la comunidad un catálogo alfabético y visual de los mismos.
El programa, denominado Found in a Library Book, y difundido a través de la web I love Libraries, una iniciativa de American Library Association, tiene una web en la que se pueden consultar todos esos "tesoros" descubiertos por los bibliotecarios, divididos en diferentes secciones: Arte (retratos, dibujos anónimos de adultos, niños y jóvenes); notas manuscritas de, quien sabe, futuros escritores; fotos, "artefactos", cartas y tarjetas de felicitación, marcapáginas, fragmentos de "escritura creativa" y, por supuesto, listas (de la compra, de cosas por hacer), olvidadas por los lectores entre las páginas.
Hay además una sección específica dedicada integramente a la "creatividad infantil" y a las anotaciones que algunos/as lectores se han atrevido a dejar tatuadas entre los fragmentos de cada historia. Entre los objetos más extraños que se han hallado (algunos difíciles de escanear), aparecen desde un sándwich de pollo a medio comer "momificado" hasta hojas de sierra o documentos relativos a un divorcio. También algunas aclaraciones pertinentes:
Los usuarios pueden acceder a esta peculiar base de datos y obtener más información sobre ellos (incluso, quien sabe, reclamar alguno de las piezas que integran la colección), a través de este enlace. Una ingeniosa dinámica que puede ser perfectamente exportable a otras bibliotecas que quieran seguir el ejemplo.
Fuente: I love Libraries / Imágenes: Biblioteca Pública de Oakland
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