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Orientaciones para la evaluación de la competencia lectora en Bachillerato (Tercera parte)

Orientaciones para elaborar preguntas según los procesos lectores

  • Preguntas de «obtención de información»

Las preguntas de obtención de información son las más sencillas para el elaborador de la prueba. Prácticamente surgen solas al hilo de la lectura. Muchos de los cuestionarios y pruebas de comprensión adolecen precisamente de un exceso de este tipo de preguntas. Mediante preguntas de este tipo pedimos al lector que conteste a las mismas consultando el texto. Pueden ser preguntas de comprensión literal o bien preguntas de búsqueda de información equivalente.

La facilidad para inventar preguntas de este tipo puede llegar a ser un problema, ya que son innumerables las posibles preguntas que se podrían hacer sobre una misma lectura. Exponemos a continuación tres criterios que nos pueden ayudar en esta tarea:

  • Importa más la calidad que la cantidad.
    Es importante tener un criterio selectivo a la hora de elaborar preguntas de obtención de la información. Deben ser todas ellas relevantes y pertinentes, para ello hay que identificar los aspectos nucleares del texto.
  • La calidad de la lectura depende de la comprensión de cierta información enunciada literalmente
    Si no se tienen en cuenta algunos enunciados del texto no es posible comprenderlo en su integridad. El texto quedaría truncado si no se contemplase esta información.
  • No hay que elaborar únicamente preguntas que se respondan consultando una oración, también pueden inventarse preguntas que requieran la lectura de un párrafo entero o de todo el texto para responder a las mismas.

A veces se asocia las preguntas de obtención de información con el manejo de información puntual y localizada en una oración. Se suele sobrentender que se trata de preguntas fáciles y que con un poco de atención es posible salir airoso de la tarea. La realidad es otra muy diferente. Existen preguntas muy localizables y fáciles y otras en las que se requiere tener en cuenta una parte importante del texto e incluso todo él para responder adecuadamente; en ese caso, la dificultad aumenta considerablemente. Por ejemplo, cuando se pide que el lector localice información que responda a un requisito o característica dada. Véase, por ejemplo, el caso de una narración en la que se pregunta sobre los diferentes lugares en los que se desarrolla el argumento de la narración.

  • Preguntas de «interpretación»

             Para responder a este tipo de preguntas, el lector debe realizar una lectura diferente a la anterior modalidad. Mientras que las preguntas de obtención de la información
             se centraban en lo explícito, lo dicho, lo evidente, en las preguntas de interpretación se va más allá de la literalidad y se requiere ingenio y sutileza para elaborarlas.
             Fundamentalmente, nos fijaremos en dos aspectos a la hora de inventar este tipo de preguntas: las inferencias y la cohesión textual.

  • Preguntas de inferencia

    El término inferir proviene del latín inferre que significa «llevar a...» Pues bien, estas preguntas deben llevar al lector más allá de las palabras explícitas del texto, exigen una lectura entre líneas. El lector debe sobrepasar las palabras y entender lo que se quiere decir implícitamente. La economía del lenguaje obliga a escribir bajo el supuesto de que el lector será capaz de entender muchas cosas que se sobrentienden. Para elaborar preguntas de este tipo conviene desarrollar un hábito lector especializado por parte del redactor de la prueba. Decimos que se trata de un hábito especializado confrontándolo con el hábito natural. Para preparar este tipo de preguntas resulta útil subrayar en el texto aquellas expresiones que lleven a una comprensión implícita. No es fácil en un primer momento tomar conciencia de este aspecto, porque en la lectura natural nuestra mente aporta de forma automática mucho más de lo que pone el texto, y esto lo hace de forma inconsciente.
  • Preguntas que suponen la comprensión de la cohesión textual

    La cohesión global hace referencia, en este contexto, a la interrelación entre las partes de un mismo texto. Se trata de preguntas que relacionan una parte del texto con otra. Preguntas de este tipo son las que exigen que el lector realice comparaciones: semejanzas, diferencias; contraste de información, etc.
     
  • Preguntas de comprensión global

    Son preguntas que van a lo esencial, a la totalidad; el lector deja escapar los detalles con el fin de hacerse una idea global y sintética del texto leído (pasar de las microproposiciones a las macroproposiciones de mayor nivel de generalización). Le interesa, más que el detalle, lo fundamental, la idea matriz del texto, el esqueleto, las ideas claves que permiten entender las partes y dan sentido global a cada elemento del texto.
    No es difícil hacer este tipo de preguntas, pero se agotan enseguida. Las más abundantes suelen ser: poner título al texto, identificar entre varias la idea principal del texto, indicar cuál es el sentido del texto, qué función cumple, etc. Sin embargo, con un poco de práctica es posible enriquecer el elenco de este tipo de preguntas que se ordenan entre el sentido global y la jerarquización del contenido. Elaborar un mapa conceptual es un ejemplo que responde a estos dos aspectos.

             Hemos puesto los tipos de preguntas en orden diferente del que aparecen en los textos oficiales de PISA para transmitir una idea intuitiva y muy práctica a la hora de
             inventar preguntas. Hagamos primero preguntas de los aspectos más explícitos, a continuación pasemos a realizar preguntas de tipo implícito y de relación, para pasar a
             continuación a las preguntas sobre la esencia del texto.

  • Preguntas de reflexión y valoración sobre el contenido y la forma

             En las anteriores perspectivas, el lector se atiene al texto, se mueve en el entorno que define sintáctica y semánticamente el conjunto de renglones distribuidos en un papel
             (o en la página electrónica). En esta modalidad de preguntas, en cambio, el lector tiene que reflexionar a partir del texto, es decir, debe reflejar el sentido del texto en su
             espejo mental y devolver una respuesta personal, crítica, pensada, contrastada y sopesada. Se distancia del texto sin perder por ello vinculación con el contenido y la forma
             del mismo. Esta reflexión se enfoca tanto al contenido como a los aspectos formales del texto. Véase de forma más pormenorizada el contenido posible de este tipo de
             preguntas:

  • Contrastar sus puntos de vista con la información del texto

             Debe tenerse en cuenta un fallo que suelen cometer los elaboradores de pruebas novatos que consiste en tomar el texto como pretexto anecdótico y plantear una tarea
             puramente subjetiva (¿qué opinas sobre...?) En ese caso puede tratarse de un buen ejercicio de reflexión, de producción de textos, etc, pero no de comprensión. Para ello
             se precisa que haya una dialéctica entre el lector y el texto, un verdadero diálogo; esa es la razón por la que este tipo de preguntas tiene un especial contenido formativo.
             Para discernir si se trata de una buena pregunta observe si una persona que no haya leído el texto podría contestar a la misma con igual pericia que una que lo haya leído.

             Véanse algunas de las preguntas más habituales para evaluar la reflexión y valoración a partir del texto leído: argumentar sobre cuestiones planteadas en el texto
             aportando información externa al mismo; aplicar criterios, normas, reglas éticas para valorar la información que aparece en el texto; analizar la información desde otro
             punto de vista, desde otra teoría (¿qué opinaría una persona del tercer mundo sobre...?), etc.

  • Apoyarse en aspectos formales para elaborar un juicio personal

    Estas preguntas intentan que el lector haga un juicio de valor apoyándose en aspectos formales del texto. Por ejemplo, si está bien distribuido el contenido en los diferentes párrafos; si cada párrafo guarda una coherencia interna y responde a una idea matriz; si cumple el objetivo que persigue el escritor; si utiliza un registro adecuado, solamente por poner algunos ejemplos de este tipo de preguntas.
     
  • Los procesos lectores y los tipos de texto

             En el anexo se han incluido tres cuadros que relacionan los tipos de texto y los procesos lectores. Estos cuadros pretender ayudar al profesor cuando se pone a elaborar e
             inventar preguntas que respondan a los criterios enunciados anteriormente. Ofrecen la posibilidad de tener en cuenta dos aspectos a la vez. De una parte, los procesos
             lectores que se quieren evaluar y, de otra, la estructura del texto atendiendo a su tipología. Cada tipo de texto tiene su propia estructura que ayuda de forma evidente a
             potenciar la inventiva a la hora de hacer preguntas.

             Así, por ejemplo, en los textos narrativos deben tenerse en cuenta los personajes, las acciones, los espacios, los tiempos y la perspectiva. En cuanto a los personajes
             puede atenderse a la importancia de los mismos, sus relaciones, etc. Respecto a las acciones deben valorarse aquellas que de forma especial configuran la trama. Éstas
            se desarrollan en un espacio y en un tiempo. Pues bien, debe tenerse en cuenta estos aspectos y su relevancia argumental.

            En el caso de los textos expositivos y argumentativos debe tenerse presente cuál es la tesis o el tema, la estructura de su desarrollo (tipos de argumentos o de relaciones
            conceptuales...), así como la conclusión y su relación con la tesis o el tema planteado inicialmente. También conviene tener en cuenta la perspectiva que adopta el escritor,
            tanto en los textos argumentativos como en los expositivos.

             Por último, en los textos instructivos se atenderá tanto a la comprensión de cada paso, como a la relación entre un paso y otros (anterior y posterior), así como a la
             comprensión de la instrucción como un todo: es decir la captación del sentido de la misma. También debe tenerse en cuenta la perspectiva desde la que se elabora la
             instrucción.

 

Anexo

Textos narrativos y descriptivos
 

  Personajes Acciones Espacios Tiempo Perspectiva
Búsqueda de información          
Interpretación          
Comprensión global          
Reflexión y valoración sobre el contenido          
Reflexión y valoración sobre la forma          

 

 

Textos expositivos argumentativos
 

  Tesis o tema de la exposición o argumentación Desarrollo argumental o temático del texto Relación entre la tesis / tema, desarrollo y conclusiones Perspectiva: enfoque del tema o argumento
Búsqueda de información        
Interpretación        
Comprensión global        
Reflexión y valoración sobre el contenido        
Reflexión y valoración sobre la forma        

  

 

Textos instructivos

 

  Comprensión de cada paso:
verbalmente
como imagen o representación
Relación entre los diferentes pasos; consecuencias de no seguirlos Las instrucciones como partes de un todo. Perspectiva: enfoque de las instrucciones
Búsqueda de información        
Interpretación        
Comprensión global        
Reflexión y valoración sobre el contenido        
Reflexión y valoración sobre la forma        

 

Este texto es una colaboración de Ángel Sanz Moreno

 
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