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La Biblioteca Escolar como centro de recursos para el aprendizaje y la innovación educativa (Primera parte)

Propuesta para desarrollar el currículum desde la biblioteca escolar en ESO
 

La biblioteca escolar, un recurso pedagógico al servicio del proyecto educativo

«La biblioteca escolar es un recurso educativo al servicio del currículo y el proyecto educativo del centro y se concibe en la actualidad como un espacio dinámico de recursos y servicios de información que cumple un papel primordial en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y como tal es un instrumento fundamentalmente de índole pedagógica que apoya la labor docente. Tiene que actuar como centro de recursos que favorezca los proyectos interdisciplinares y el trabajo en equipo del alumnado y del profesorado, enriqueciendo la actividad en el aula y facilitando la participación en los programas y proyectos del centro1

Existe un consenso cada vez mayor acerca de la importancia de la biblioteca escolar como centro pluridisciplinar de actividades y servicios pedagógicos de soporte de las actividades de enseñanza-aprendizaje, cuyo objetivo fundamental es «respaldar y realizar los objetivos del proyecto educativo del centro escolar y del plan de estudios», a tenor de las Directrices señaladas en el Manifiesto de la Unesco2.

En los últimos años, muchas bibliotecas escolares están experimentando cambios cualitativos importantes hasta llegar a convertirse en verdaderos centros de recursos para la enseñanza, el aprendizaje y la lectura. Con el fin de cumplir su papel en el sistema educativo, como apoyo al desarrollo del currículo y como espacios generadores de instancias de aprendizaje, esas bibliotecas ofrecen al profesorado, al alumnado y a la comunidad educativa recursos variados, estrategias de búsqueda y acceso a numerosas bases de datos.

La transformación de la biblioteca escolar en un centro de recursos para la enseñanza, el aprendizaje y la lectura no sólo implica una real transformación en su organización espacial y dotación material. También supone el desarrollo de un nuevo concepto de biblioteca concebida como un espacio dinámico y de encuentro, en el que se reúne una gran diversidad de recursos educativos que contienen información actualizada y apoyan, a través de múltiples servicios, el proceso de enseñanza-aprendizaje de un currículo escolar en permanente desarrollo.

«La biblioteca escolar ha de constituirse en un recurso educativo del que todos los centros han de disponer para poder desarrollar el currículo y el proyecto educativo. Por tanto, los servicios y programas que la biblioteca ofrece y articula estarán vinculados al desarrollo curricular y al plan de trabajo del centro. La naturaleza de la biblioteca es fundamentalmente de índole pedagógica ya que su uso ha de hacerse principalmente en tiempo lectivo para beneficio de todos y como consecuencia de una actividad y una necesidad que emana del proceso de enseñanza-aprendizaje. Toda la acción de la biblioteca escolar como centro de recursos para la enseñanza y el aprendizaje estará encaminada a apoyar, favorecer y enriquecer el desarrollo de la programación docente. Esto es vital para entender las peculiaridades de las bibliotecas de los centros docentes en relación con otros establecimientos bibliotecarios.

La utilización de la biblioteca escolar concierne a todo el profesorado, a todas las áreas, a todas las actividades escolares, a todos los programas en los que está implicado el centro para poder desarrollar su proyecto educativo.

La biblioteca escolar, transformada en centro de recursos para la enseñanza y el aprendizaje, constituye un instrumento que apoya la labor docente y el plan de estudios del centro, y que gestiona la información curricular y cultural, articulando y apoyando programas de actuación que atañen al centro y a la comunidad escolar (programas referidos al conocimiento por el alumnado y el profesorado de los servicios y recursos que la biblioteca ofrece, a la enseñanza de habilidades de información e investigación, al desarrollo de las prácticas lectoras, a la extensión cultural, a la prevención de la exclusión social, a la formación del profesorado, etc.)»3

Se trata de un centro de recursos que pone a disposición de la comunidad educativa todos los medios disponibles, de muy variado tipo y soporte, necesarios para el desarrollo de ese proceso de enseñanza-aprendizaje.

Entendiendo el proceso de enseñanza-aprendizaje como «la construcción individual y compartida de conocimientos y saberes; conocimiento que se construye a través de la investigación, de la búsqueda de información, del cotejo de fuentes, de la “apropiación” de la información para la autoformación; en definitiva, supone hablar de la entrada en nuestras aulas de muchas voces más allá de la del profesorado o la del libro de texto. Pero también es sentar las bases de un aprender a aprender continuo, en tanto en cuanto se inicia un proceso que va más allá de la enseñanza reglada: es una actitud ante el conocimiento, la adquisición y la construcción del mismo a través de la autonomía, el desarrollo crítico y de todas las capacidades del alumnado. Todo ello se logra gracias a un cambio en la forma de entender los papeles que en este proceso juegan el alumnado y el profesorado; impulsando un cambio metodológico en la forma de enseñar para potenciar en el alumnado el desarrollo de la capacidad crítica y comprensiva, el uso de diversas fuentes de información y documentación, el tratamiento de la información y la realización de trabajos de investigación.»4

El papel de la biblioteca escolar está directamente relacionado con el desarrollo del currículo, con todas las actividades desarrolladas en la escuela y con las necesidades de los alumnos, especialmente en lo relativo a la información.

El concepto de información parece trascender todos los dominios de la actividad humana, tanto en el plano social, económico como en el tecnológico, educativo, cultural...configurándose como un instrumento indispensable para entender actualmente el mundo.

En esta sociedad de la información y comunicación en la que vivimos, de gran avance tecnológico, sobrecarga de información, nuevos medios de comunicación, cambios de conceptos educativos y de las formas de aprender y enseñar, las bibliotecas escolares han de asumir un rol central e indispensable.

La biblioteca escolar asume la gran responsabilidad de enseñar al alumnado cómo encontrar la información, cómo tratarla y cómo apropiarse de ella, al ser «el espacio organizado en el que el alumnado y profesorado, una vez consensuado el proyecto a realizar, establecidos los objetivos y definidas las tareas, buscan y encuentran todos los conocimientos necesarios para llevar a buen término la tarea y producto final. Es el lugar idóneo para que el alumnado aprenda a utilizar los recursos que la sociedad de la información pone a su alcance, adquiera estrategias de búsqueda e interpretación y, en definitiva, se convierta en el protagonista de su propio proceso de aprendizaje5

En ese proceso de autonomía del alumnado (que le permitirá mejorar sus conocimientos y competencias de búsqueda, adquirir nuevos conocimientos y volverse más crítico hacia el exceso de información), el papel del profesorado se aleja bastante de las posiciones tradicionales al ampliar las fuentes informativas del alumnado y al contar con la biblioteca escolar como herramienta de apoyo a las didácticas específicas.

«Los centros educativos cuentan para el desarrollo del hábito lector y el manejo de la información con una serie de instrumentos, entre los cuales el más importante es el desarrollo de los contenidos de las diferentes áreas y materias, marco adecuado para el aprendizaje de la lectura eficaz y de las habilidades que permitan buscar y tratar la información; pero, además, cuentan con una herramienta básica que es la biblioteca escolar.»6

Puede parecer una obviedad, llegado este punto, el poner de manifiesto que la biblioteca escolar ES ESCUELA, un recurso pedagógico al servicio del proyecto educativo del centro, no una entidad dentro de la institución escolar sino un espacio de la posibilidad 7.

«El debate sobre la integración de las bibliotecas escolares en el currículo versa sobre el papel que han de jugar en el para qué, qué y cómo enseñar y evaluar; de ninguna manera puede reducirse este debate a intentar introducir las bibliotecas escolares como un contenido más de la enseñanza que ha de ser aprendida por los alumnos; me parece que esto es simplificar excesivamente las cosas y, además, no entender que las bibliotecas escolares están llamadas a desempeñar un papel mucho más relevante en nuestras escuelas: el papel de servir de infraestructura necesaria para el cambio curricular. Debemos tener muy claro que las bibliotecas escolares se sitúan en las esfera de las herramientas y no en la de los contenidos, aunque, como es lógico, también es necesario enseñar y aprender a utilizar las herramientas.»8

La innovación educativa que se promueve con el desarrollo de la biblioteca escolar como centro de recursos para la enseñanza, el aprendizaje y la lectura pasa por importantes cambios de la cultura escolar de índole organizativo y metodológico: la superación del libro de texto como único referente informativo, el trabajo por proyectos documentales, la coordinación departamental e interdepartamental, el establecimiento de redes entre bibliotecas escolares y con las bibliotecas públicas, los seminarios o grupos de trabajo multidisciplinares que dinamizan y gestionan la biblioteca, cambios actitudinales en las prácticas al uso del profesorado, etcétera.

La biblioteca escolar como centro de recursos «por sí misma no provoca ni cambios ni transformaciones relevantes en la cultura de trabajo. Otra cosa son las expectativas que se generen (la capacidad para colmarlas) y el interés (y capacitación) del profesorado para hacer de la biblioteca un recurso que permita la mejora de la docencia, el avance metodológico y, por ende, el reflejo en la motivación y el aprendizaje del alumnado».9
 

Este texto es una colaboración de Rosa Piquín

 

(1) ORDEN ECI/979/2007, de 3 de abril, por la que se convoca el concurso nacional de buenas prácticas para la dinamización e innovación de las bibliotecas de los centros escolares para el año 2007. Ministerio de Educación y Ciencia. BOE núm. 90, 14/05/2007, p. 16533.
(2) UNESCO: Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la biblioteca escolar. http://www.unesco.org/webworld/libraries/manifestos/school_manifesto_es.html (26/6/2013)
(3) Acuerdo de 23 de enero de 2007, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el Plan de Lectura y de Bibliotecas Escolares en los Centros Educativos Públicos de Andalucía. BOJA Nº 29 de 8 de febrero de 2007, p. 10.
(4) AA VV (2003): Modelo de biblioteca escolar. La biblioteca escolar como recurso educativo. Asturias: Consejería de Educación y Cultura.
(5) ÁLVAREZ, R. (2003): La biblioteca escolar como recurso educativo. Consejería de Educación y Cultura, Asturias.
(6) ORDEN ECI/979/2007, de 3 de abril, por la que se convoca el concurso nacional de buenas prácticas para la dinamización e innovación de las bibliotecas de los centros escolares para el año 2007. Ministerio de Educación y Ciencia. BOE núm. 90, 14/05/2007, pág. 16533
(7) CASTÁN, G. (2003): Las bibliotecas escolares (Soñar, pensar, hacer). Sevilla: Díada, p. 129.
(8) CASTÁN, G. «Las bibliotecas escolares y el currículo de las ESO».En Aula, nº 43, octubre 1995, p. 51.
(9) GARCÍA GUERRERO, J.: La biblioteca escolar: recurso al servicio del proyecto educativo. ACTAS del Curso «Articulación de recursos en el funcionamiento de la biblioteca escolar». XVIII Cursos de Verano UNED–MEC. Ávila, del 2 al 6 de julio de 2007 (en prensa).

 
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Un Lector
No creen que una Biblioteca escolar,sobre todo en institutos, debe contar con personal cualificado? Bibliotecario.Me parece que la UNESCO también lo recomienda.