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Beatriz Giménez de Ory: Poesía para los niños

Desde que nacen, los bebés escuchan arrullos, nanas, canciones… es su primer contacto con la palabra poética que, a decir de la escritora Beatriz Giménez de Ory, es la forma literaria más próxima a la mentalidad infantil. “La poesía es siempre como la hermana pequeña de los géneros literarios, pero es quizá el género más cercano a la sensibilidad del niño porque tiene el hallazgo de la realidad, el hecho de darle nombre a las cosas por primera vez, la música, el ritmo”, afirma en el vídeo grabado para Canal Lector.

Giménez de Ory (Madrid, 1972), filóloga y profesora, ha obtenido en los últimos años algunos de los principales galardones españoles de poesía infantil: su libro Canciones de Garciniño (Universidad de Castilla-La Mancha) obtuvo el Premio Luna del Aire, otorgado por el Centro de Estudios de Promoción y de la Lectura y Literatura Infantil (CEPL)I, y Los versos del libro tonto (Faktoría K de Libros), el Ciudad de Orihuela.

Canciones de Garciniño, con ilustraciones de Antonio Guzmán, está protagonizado por “un niño que tiene que ir a la guerra. Se resiste: prefiere trillar el trigo, tejer, cantar… pero no logra disuadir a sus padres. Y vuelve después de veinte años no con un botín de guerra, sino con ‘camisas holandesas, panes que quitan el hambre, risas y canciones nuevas’. Son estas canciones nuevas las que conforman el poemario”. Así resume su obra Beatriz Giménez en una entrevista publicada en la web del CEPLI, en la que la escritora cuenta cómo este libro, en el que se cruzan el pasado y el presente, tiene “muchas reminiscencias medievales: el nombre de Garciniño, los metros de los poemas, la rima asonante, romances novelescos con final abierto…”. “Pero la Edad Media es un período tan amplio y tan remoto que se nos antoja legendario, como el de los cuentos de hadas. Es un tiempo indefinido que puede poblar cualquier niño. No es un romancero al uso porque está escrito en el siglo XXI y porque está dirigido sobre todo a los niños”.

“Tengo cincuenta ojos,/ digo... cincuenta hijos,/ digo... cincuenta ¡hojas!,/ Soy de timón y lima,/ digo... de toma y muela,/ digo... ¡de tomo y lomo!/ Soy libre, digo... Libra, digo... ¡libro!/ Soy un libro, sí, sí./ Pero llevo cerrado tanto tiempo.../ que así me he vuelto tanto,/ me he vuelto tinta,/ me he vuelto... ¡tonto!”.

Éste es el comienzo de Los versos del libro tonto (con ilustraciones de Paloma Valdivia), “un poemario que invita al juego literario” (el juego está siempre muy presente en la escritura de Giménez de Ory), se afirma en la reseña editorial. “Sus veinticinco composiciones, llenas de personajes mágicos, simpáticos y divertidos, despiertan la imaginación, animan a la lectura, y reivindican el valor cultural y lúdico del libro”.

La escritora resalta en Canal Lector el carácter minoritario de la poesía, también de la infantil, aunque, afirma, “están cambiando las cosas, en la última década sobre todo”. A ella escribir poemas le sirve, entre otras cosas, para recuperar emociones de la infancia.

¿Qué caracteriza la poesía infantil?, le preguntaban en El elefante lector en una entrevista publicada en 2012. Y contestaba: “Que el lector niño es el mayor de los poetas: una persona asombrada por el mundo, que lo mira todo con ojos nuevos y quiere nombrarlo con palabras nuevas también. Un ser imbuido del ‘don de la ebriedad’ del que hablaba Claudio Rodríguez. Creo que ésa es una de las razones por las que a los niños suele gustarles tanto la poesía. Otra es el ritmo. Por último, que la poesía para el niño es un acto social. En la niñez, la poesía suele llegar en voz alta: junto a un adulto querido, o en compañía de otros niños. La lectura silenciosa, introspectiva, llega a partir de la adolescencia”.

Beatriz Giménez de Ory ha publicado también en los últimos meses ¡Otra vez mudanza! (Dylar Ediciones), protagonizado por un niño de 12 años “que lleva media vida de mudanza”. “Por eso, puede decirse que nunca ha hecho ningún amigo duradero. En el nuevo colegio conoce a Blanca, y a Mavi, su madre, que trabaja de pitonisa en la tele. Son personas tan especiales que es imposible no quererlas enseguida. Mario aprenderá muchas cosas durante el curso gracias a su familia y amigos, participará en más de una aventura y descubrirá, guiado por su padre, el valor inmenso de la poesía”. Y prepara Volverás Bululú, “un poemario que es también muy teatral en el que tres marionetas mágicas que se mueven sin cuerdas toman la voz”.

Canciones de Garciniño. Ilustraciones de Antonio Guzmán. Universidad de Castilla-La Mancha)

Entrevista en el Centro de Estudios de Promoción y de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI)

Los versos del libro tonto. Faktoría K de Libros

En Canal Lector

En Editorial Kalandraka

Entrevista en El elefante lector. Febrero 2012

¡Otra vez mudanza! Dylar Ediciones

 
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