Durante los últimos años se abren nuevas sendas en el mundo de la publicación. Entre la variada oferta de editoriales independientes nos acercamos a Bookolia a través de una de sus figuras visibles, Luis M. Larraza, para conocer el modus operandi de este tipo de iniciativas dinámicas, imaginativas y siempre necesarias para seguir estimulando el placer lector.

¿Cómo nace Bookolia y de mano de quién?
Surge para dar respuesta a una necesidad que veíamos en el mercado editorial. De un lado las editoriales tradicionales eran remisas a apostar por los jóvenes autores, pues suponían un riesgo para sus cuentas de resultados; por otro, y ante la irrupción de editoriales centradas en la autopublicación, nacidas precisamente para visibilizar a ese colectivo y que tal vez no miman tanto continente ni contenido, quisimos crear una editorial que aunara soluciones para satisfacer esas necesidades: atender la demanda de gente que quiere publicar y no consigue hacerlo por el canal tradicional, y dar calidad a lo que publicamos.
Por último, y para rebajar riesgos para la editorial, implementamos hace pocos meses una plataforma de micromecenazgo, con el que los autores podrán financiar sus proyectos. Todavía en una fase incipiente, estamos ilusionados porque nos van llegando trabajos muy interesantes.
En cuanto al quién, tampoco importa demasiado. Ahora somos tres personas con colaboradores externos que nos complementan en parcelas que no podemos asumir

¿Cuál es el espejo en el que se mira esta editorial?
Asistimos a una verdadera explosión de pequeñas editoriales independientes no solo en España que buscan su sitio y referentes. A todos nos gustaría parecernos a la iniciativa de Javier Marías, Isla de Redonda, o la primera etapa de la editorial Siruela por su enorme calidad. Anagrama, el proyecto del editor Jorge Herralde, es el espejo en el cualquier editor debería mirarse. El trabajo de la editorial italiana Corraini Edizioni es también sobresaliente en el mundo de la ilustración y el diseño.

¿Qué parte de este trabajo te resulta más apasionante?
Todo el proceso en sí es fascinante: el diseño de la colección y de cada libro, trabajar el texto, buscar ilustraciones, gestionar campañas de micromecenazgo... Pero de todo el proceso de creación de un libro me quedo con la ilusión con que se afronta cada proyecto con los autores.

Aparte del micromecenazgo, ¿barajáis nuevas fórmulas, acordes a los tiempos cambiantes, para lograr sacar a la luz otros títulos interesantes?
Somos exploradores del sector editorial en cualquiera de sus manifestaciones y en un momento de constante transformación. Esto requiere estar atentos a nuevas dinámicas que ofrecen nuevas relaciones entre editores, lectores y autores.  El micromecenazgo debe orientarse hacia la calidad, por ello desde Bookolia insistimos en este aspecto, supervisando hasta el último detalle de lo que publicamos y en esto queremos diferenciarnos también.

¿Con qué ayudas y obstáculos cuenta un editor hoy en España?
Ayudas, pocas. Obstáculos unos cuantos incluida la fiscalidad. Retos todos.

¿Son el lector infantil y el juvenil objetivos principales en las políticas de Bookolia?
Es el primer público lector a quien hay que cuidar pero no el único. Es parte de nuestro catálogo, pero las publicaciones ilustradas pueden trascender esas edades. Pretendemos articular nuestro catálogo también hacia la narrativa y atrevernos con la poesía, como pronto comprobareis.

¿Qué otras editoriales independientes recomendarías como lector?
De nuestro interés son las editoriales Libros del Zorro Rojo, Nórdica... Lata de Sal tiene un catálogo estupendo con una colección vintage destacable. Narval… Pero son bastantes las que están ofreciendo enorme calidad en todo el mundo. De ensayo y narrativa Errata Naturae lo hace muy bien y Satori publica títulos interesantes y muy cuidados.

¿Tenéis pensado continuar apostando por la ilustración? ¿Daréis el salto hacia el libro álbum en algún momento?
La ilustración es base del proyecto. De los títulos publicados solo uno es texto sin imagen. Para este año hay más novedades ilustradas, incluso pretendemos conjugar dibujo y poesía.  Tenemos en proyecto experimentar con otros formatos, superar el propio soporte del libro.

¿Os motiva la publicación digital o preferís centraros en el papel?
Deben coexistir, lo que debe primar es el placer de la buena lectura. De momento esto ofrece síntomas saludables. El libro ilustrado debe ser en papel como objeto de arte pero permeable al mundo digital con buenos ejemplos en libros interactivos como el de la empresa sevillana PlayTales. Es un campo interesante que se desarrollará enormemente en un futuro no muy lejano. De todos modos, se ha demostrado que los mensajes apocalípticos sobre la desaparición del libro en papel han quedado muy diluidos.

¿Qué opinión te merecen algunos de los "nuevos" agentes que están apareciendo en la cadena del libro, como los booktubers?
Al margen de estridencias, es un canal de divulgación más y es incontestable que es visitado por un público joven, los futuros (y presentes, claro) lectores. De su importancia dan cuenta las propias editoriales ya consagradas que los agasajan no solo enviándoles ingentes cantidades de libros sino invitándoles además a su sede, a conocer las tripas de la edición. Las palabras de Fa, por ejemplo, es una muestra más efectiva entre adolescentes que cualquier sesudo plan institucional de animación a la lectura. En España también contamos con grandes booktubers con importante número de seguidores como Esme, y su Fly Like a Butterfly, Nube de palabras o Josu Diamond. Como bloguero, no booktuber, vemos con agrado cómo va creciendo Carmelo Beltrán y su Rincón de las Páginas.

¿Qué cinco condiciones fundamentales tiene que tener un libro para que le des un 10 como editor?
Con una sola sobra el resto: calidad.

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