Una isla entre las ruinas
Piensa en la ciudad en que vives o en la que esté más cerca de donde vives. Imagínate toda tu ciudad ocupada por un ejército extranjero que ha separado del resto a parte de los habitantes; digamos, por ejemplo, a todos los que tengan la piel negra o amarilla, o a todos los de ojos verdes. E imagínate que no sólo les han separado de todos los demás, sino que los han confinado en uno de los barrios de la ciudad a cuyo alrededor se ha levantado un muro. Este muro, naturalmente, tendrá que cortar algunas calles a lo largo o a lo ancho, y hasta dividirá a veces en dos algunas casas y sus patios.