¡Pide otra pizza, por favor!

Si no hubiera sido por Berta, jamás se me habría ocurrido acercarme el sábado a aquel local sombrío y algo siniestro. Berta es mi compañera de pupitre y se pasa el tiempo organizando cosas y arreglándoles la vida a los demás. Bueno, supongo que en todas las clases hay alguna Berta. Suele ser una chica monilla, de buen tipo, que sale voluntaria a la pizarra y acostumbra a llevar la voz cantante...