Toshio Iwai es toda una celebridad en su país de origen gracias a la popularidad alcanzada por las obras que componen la colección 100 pisos, que conocemos en España merced a la traducción de Pastel de Luna (en esta ocasión a través de Noriko Sato). Si en la primera entrega el carbonero Tsupi nos conducía, escaleras arriba, a todas las dependencias escondidas entre las nubes, en esta ocasión es Oto, una pequeña melómana que descubre la oquedad del tronco atraída por una melodía que no todos pueden oír, la que nos invita a trepar por el interior del inmenso árbol que sirve como hilo conductor (siempre ascendiendo), y que alberga innumerables sorpresas. Osos, ciervos, grillos, monos... todos los animales humanizados tienen su espacio y coinciden en una fiesta que se celebra al final de la cuenta, un concierto inolvidable al que tú también estás invitado. ¿Subimos juntos? Imaginativas opciones son posibles en cada estancia, un derroche de imaginación en "línea clara" dividido en cien viñetas interconectadas, como en un videojuego de plataformas.
Toshio Iwai es toda una celebridad en su país de origen gracias a la popularidad alcanzada por las obras que componen la colección 100 pisos, que conocemos en España merced a la traducción de Pastel de Luna (en esta ocasión a través de Noriko Sato). Si en la primera entrega el carbonero Tsupi nos conducía,... Seguir leyendo
100 pisos en el bosque
- ¡Hola! Un maravilloso sonido me trajo hasta aquí.
- Oh, ¿tú también puedes oírlo? Entonces eres bienvenida. Sube por aquí
- ¿Es una casa de osos?, se preguntaba Otto mientras subía los pisos.