Los niños juegan y disfrutan de la naturaleza a la vez que ejercen de narradores, casi titiriteros, a partir de una serie de objetos artesanos que cobran vida entre las páginas al ritmo de las fotografías, instantes mágicos y poéticos de infancia que hilan las aventuras de Perro, Chanchita y Conejo. Las creaciones, esculturas de corcho, interactúan con los pequeños y con las flores -eterno lugar de encuentro-; al mismo tiempo que descubrimos los "tesoros" que, (¿quién no portó estas "piedras preciosas"?); se esconden en las mochilas aventureras: panes, guindas, zanahorias, piedras... Una alegoría del juego infantil, elemento mágico que conforma personalidades y afianza amistades, al que el contacto directo y libre con el paisaje otorga un epílogo feliz y complicidades deliciosamente retratadas por los autores. Extraordinaria y original propuesta que ha contado con la maestría de Isidro Ferrer en el diseño gráfico.
Los niños juegan y disfrutan de la naturaleza a la vez que ejercen de narradores, casi titiriteros, a partir de una serie de objetos artesanos que cobran vida entre las páginas al ritmo de las fotografías, instantes mágicos y poéticos de infancia que hilan las aventuras de Perro, Chanchita y Conejo. Las creaciones, esculturas de corcho, interactúan con los pequeños y con las flores -eterno lugar de encuentro-; al mismo tiempo que descubrimos los "tesoros" que, (¿quién no portó... Seguir leyendo
El paseo

Perro, Chanchita y Conejo se encuentran en el lugar de siempre (el lugar de siempre es ahí, bajo las flores amarillas)
Perro trae una mochila en la que ha puesto tres panes pequeños que él mismo ha horneado.